El principio del fin 𐙚 Jenlisa

Capítulo 6

Lisa recibió una llamada telefónica. Le tomó tres largos días reunir valor y buscar la dirección que le había dado su contacto, pero allí estaba, parada en la puerta de Jennie.

No había palabras para describir la confusión que sintió Lisa cuando escuchó a su conexión decirle que sí, que Jennie Kim estaba allí, que había estado tan cerca de ella durante Dios sabe cuánto tiempo. Fue una mezcla que sorprendió a Lisa tanto como la noticia en sí, que casi la destrozó para las noches siguientes.

Pero Lisa había sobrevivido a esto, había sobrevivido a todo solo para volver a ver a Jennie. Por lo que Lisa había escuchado, Jennie no estaba casada ni vivía con otra persona. El contacto de Lisa le había preguntado si debía investigar más a fondo la vida de Jennie, pero eso era todo lo que necesitaba para saber que la morena estaba sola, que la posibilidad de que se disculpara aún estaba en pie.

Lisa se armó de valor y respiró profundamente antes de tocar la puerta, con la cabeza gacha y los antebrazos apoyados a ambos lados. La rubia no sabía qué esperar, así que se dedicó a aclarar su mente y a esperar que todo saliera bien.

Los tacones resonaron en el suelo al otro lado de la puerta y el corazón de Lisa empezó a latir más rápido.

Entonces la puerta se abrió y dejó de latir por completo. Lisa se quedó sin aliento y todas las células de su cuerpo dejaron de funcionar.

Jennie era incluso más hermosa de lo que recordaba la rubia. Jennie estaba vestida de manera sencilla, con un par de pantalones azules lavados y una camisa blanca ajustada de The Beatles que estaba cuidadosamente metida dentro del pantalón, con chanclas blancas de marca en sus pies. Su piel estaba radiantemente impecable, con solo un toque de color besado por el sol, y llevaba suficiente maquillaje para resaltar sus ojos impecablemente parecidos a los de un felino y para agregar un tinte rojo a sus labios carnosos. Su cabello estaba atado en un moño desordenado; los pelos de bebé se presentaban de manera algo tierna ya que usaba ciertas gafas en sus ojos.

Jennie se quedó paralizada al ver a Lisa. Los ojos de la morena estaban muy abiertos por la sorpresa, la confusión y, para sorpresa de Lisa, el miedo. Si Jennie estaba respirando, Lisa no podía decirlo.

—Jennie...

El nombre de la morena fue un mero susurro entre ellas.

Casi aturdida, Lisa extendió la mano hacia Jennie. La rubia necesitaba... tocarla, sentirla, asegurarse de que la belleza de sus ojos fuera real y no solo otro sueño tortuoso. Pero Jennie se estremeció y dio un paso atrás, sus ojos brillaban con lágrimas contenidas.

Lisa intentó abrir la boca para hablar, pero alguien más se le adelantó.—¡Mamá!—dijo una voz joven, la voz de un niño.

Sonó en el pasillo. Los ojos de Lisa se abrieron de par en par. Jennie dio un paso atrás como si le hubieran dado una bofetada. Jennie simplemente cerró los ojos.—Bebé, ahora no—respondió la morena.

Con la voz entrecortada y ronca. Lisa la miró totalmente en estado de shock.—¿Mamá?—Repitió con incredulidad. Jennie pareció quedarse sin aliento completamente entonces.

Dejando la puerta abierta, Jennie se dio la vuelta y dio unos pasos hacia adelante, solo para detenerse cuando Lisa la agarró del brazo y la obligó a mirar a la rubia con un movimiento brusco. El aroma de Jennie azotó a Lisa mientras la morena se giraba apresuradamente, con sus ojos abiertos por el miedo.

Mientras miraba a Lisa.—¿Qué-

—¡Mamá! —llamó de nuevo la voz, mientras pequeños pasos retumbaban por las escaleras.

—¡Vuelve a la cama!—gritó Jennie. El matiz de desesperación en su voz resonó claramente en la atmósfera tensa.—¡Lo digo en serio!

—¡Pero tengo hambre! —se quejó el niño—¡Enseguida voy! —espetó Jennie.