Sweet Mafia: Amor a primer desastre || #1 •YM•

CAPÍTULO 11: Interés

— Detente ahí, ¿me estás diciendo que te has estado viendo con el chico de la noche anterior? ¿Y por qué me vengo a enterar recién? —Taehyung se acostó con indignación sobre la cama de Jimin.

— Solo anoche lo vi y eso fue porque me esperó fuera del club —se defendió, Jimin, mientras sacaba los libros de su mochila.

— Pero dices que hoy también lo viste en la librería.

— Si y me pidió mi número

— ¿Se lo diste? —Jimin vió como su amigo se sentaba de golpe con un gesto sorprendido, él solo negó—. ¿Por qué? —Taehyung volvió a quejarse y Jimin bufó—. Te pareció guapo y al parecer lo fascinaste, ¿que esperas?

— Quiero ver cuán interesado está. Además recién lo conozco

Taehyung entrecerró sus ojos inspeccionando a Jimin.

Jimin continuó sacando las cosas de su mochila incluido el postre de fresas que había comprado de regreso a su departamento, ignorando la mirada curiosa de Taehyung, lo podía sentir pero no le daría el gusto de delatarse.

— Te gusta, por eso quieres ver su interés —Jimin se detuvo, pero volvió a lo que estaba sin responder a Taehyung. Aunque su amigo logró notar el sonrojó en las mejillas de Jimin y eso fue respuesta suficiente para él—. Bueno —se recostó en el respaldar de la cama—, espero vaya el sábado al festival y que tú le des tu número o yo mismo se lo daré —le amenazó Taehyung.

— Se supone que eres mi amigo y no deberías darle mi número a un desconocido —acercó la silla giratoria hacia su escritorio y se sentó.

— Número uno —alzó su dedo índice empezando a enumerar—, no es un desconocido, ya lo vas viendo varias veces y te salvó al igual que tú lo salvaste. Número dos —alzo otro dedo ahora teniendo dos—, no puedes negar el hecho de que te pareció guapo y te sientes bien con él. Y número tres, te sacarías la lotería si llegas a tener una relación con él —levanto ambas cejas.

Jimin tomó una camiseta que encontró en su camino y se la lanzó a Taehyung.

— Eres interesado —Taehyung esquivó la prenda y levantó los hombros restándole importancia.

— Sabes que es de broma, pero lo demás no lo negaste, Jimin —se sentó al borde de la cama—, si te sientes bien con él, date la oportunidad, conócelo, follen, tengan algo serio y si quiere darte algún capricho muy costoso solo déjalo —bromeo.

Jimin se rió levantándose del asiento para ir a golpear a su amigo con una almohada.

— Aquí tienes los informes del departamento de contabilidad, tu secretaria me pidió que les eche un vistazo y parecen estar bien. C.Security tendrá un buen año —comentó Hoseok sentándose frente a YoonGi quién estaba concentrado en la pantalla de la computadora—. Tierra llamando a YoonGi —chasqueo los dedos.

— Si te oí Hoseok, gracias

— ¿Qué tanto miras? —Hoseok se levantó del asiento dispuesto a ver lo que tenía tan concentrado a su amigo, pero YoonGi lo notó, le dedicó una mirada amenazante y Hoseok se quedó a medio camino.

— Estaba revisando —YoonGi miró de reojo la pantalla—, … algo

YoonGi mordió su mejilla interna con nerviosismo, después de haber encontrado a Jimin y que éste lo desafiará a averiguar su número, él había entrado en una lucha mental. Si bien el número se reflejaba en la carpeta que tenía en su poder desde que conoció a Jimin, y después Jimin le preguntaba cómo lo había conseguido, no creí que a Jimin le gustará saber la verdadera razón.

Por eso se había detenido al impulso de escribirle, así que estuvo pensando en un plan para que no suene tan mal su método de conseguir el número de Jimin. Volvió a prestar toda su atención a Hoseok que lo miraba con las cejas levantadas y una idea cruzó por su mente.

— ¿Qué tanto sabes de arte, Hoseok?

— ¿Qué? —la confusión se notó en el tono de sorpresa que Hoseok empleó en su pregunta y YoonGi se replanteo el plan.

Si bien tomó por sorpresa a Hoseok, y su tono casi lo hace titubear, YoonGi estaba decidido, así que continuó.

— Lo que escuchaste, ¿Qué tanto sabes de arte o al menos te gusta?

— Me gusta, si, ¿A quién no? —frunció el ceño.

— Entonces acompáñame este sábado a un festival en Mapo

— Okay… —Hoseok estaba muy confundido, no entendía la invitación repentina de YoonGi—. ¿Puedo saber por qué?

— Nada del otro mundo —YoonGi se recostó en su silla, llevando consigo un lápiz de su escritorio para jugar con él en su mano. Quería parecer natural—, me gusta el arte y me enteré de ese festival

— ¿Y por qué no llevas a Lilian? A ella le gusta…

— ¡No! —YoonGi carraspeó—. Digo, no puede y en serio me gustaría distraerme un poco

— Está bien, pero estás algo raro.

— Solo estoy pensando en las reuniones legales e ilegales que tengo —miro la carpeta que había traído Hoseok y la tomó—, le echaré un vistazo, si no tienes nada más que decirme puedes retirarte.

— Volvió el jefe —se burló, Hoseok. Asintiendo se levantó del asiento y se retiró.

YoonGi se quedó revisando los informes, atendiendo algunas reuniones que su secretaria le tenía para la empresa y revisó algunos asuntos de su mercancía. En la noche logró evitar a Hoseok en la salida del edificio, moría de ganas por ver a Jimin otra vez y para eso no necesitaba tener a su mejor amigo pegado como chicle a su lado y llamando la atención de su almond.

En el club se mantuvo en las sombras, observando a su chico, deleitándose de su cuerpo, sus ojos y sus gestos, pero observar no le bastaba. Además esas sonrisas amigables que le daba a algunos clientes no le gustaba, cada que veía una, su cuerpo se ponía rígido y tenía el impulso de acercarse, golpear al que estaba sonriendo y hacer que Jimin solo le preste atención a él.

Pero no podía y YoonGi lo sabía, estaba en territorio de “paz” aparentemente y su plan inicial sólo era ir sin ser descubierto. Observar a Jimin hasta que llegará a su casa y luego irse a la suya. Y así lo haría, se aseguraría de que su almond llegara sano y a salvo.