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A eso de las cuatro de la mañana se despertó sintiendo su cuerpo adolorido por haber dormido en una tan mala posición, se estiró sintiendo los huesos de su espalda tronar y se dirigió al baño para lavar sus dientes

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A eso de las cuatro de la mañana se despertó sintiendo su cuerpo adolorido por haber dormido en una tan mala posición, se estiró sintiendo los huesos de su espalda tronar y se dirigió al baño para lavar sus dientes.

Al salir se dirigió a la cocina por una taza de café, siendo sorprendido por un pálido hombre vestido en ropa deportiva, haciéndose lo que parecía ser un batido.

-Buenos días.- dijo con voz más grave de lo que inicialmente esperaba y el mayor pareció sobresaltarse por un momento.

-Buenos días.- devolvió el saludo tras haberle dado un rápido vistazo.

-¿Viene de entrenar?- cuestionó y el mayor negó.

-No, voy de salida.- dijo sin muchos ánimos de continuar con la conversación y el tono frío empleado le hizo saber aquello a Seungmin, por lo que no se esforzó por hacer la conversación más larga.

Sin embargo tenía una duda.

-¿A qué hora vuelve y a qué hora se despertarán los chicos y Jihyo?- cuestionó y el musculado se detuvo.

-Yo vengo en dos o tres horas, Ji estará despertándose dentro de poco porque tiene una junta.- explicó y él asintió a sus palabras mientras se dedicaba a sacar las cosas de la alacena.

-¿Algo en particular que les guste para el desayuno?- cuestionó y el mayor negó.

-No hace falta que cocines, en una hora llegará quien nos ayuda con la comida. No te preocupes.- dijo y el de cabellos naranjas asintió en su dirección.

No pasó desapercibida la mueca de tal vez tristeza en el rostro de Kim así que carraspeó de volviéndose sobre sus propios pasos.

-Si quieres esperar a que llegue la señora Cha estás en todo tu derecho a prepararte un té o un café.- dijo y él asintió.

-No sé usar esa máquina.- dijo señalándola y el mayor asintió sin problema alguno dispuesto a ayudarlo, no sabiendo que se trataba de una mentira. Seungmin quería reírse, pues el modelo de cafetera era el mismo y exacto a él que estaba en el bar. Obviamente ya sabía usarlo.

-Mira, aquí arriba están las cápsulas.- indicó abriendo el gabinete sobre la máquina, mostrando distintos sabores. -Tienes que elegir el sabor que tú quieras.- dijo y Kim señaló una, finalmente Bang la tomó y la puso en el compartimento. -Ahora revisas si hay agua, y como sí hay simplemente la enciendes.- la máquina sonó y segundos después empezó a salir su capuchino, llenando el ambiente del agradable aroma.

Kim asintió a cada una de sus palabras como si lo que mencionaba ya no lo supiera, él se veía calienta explicándole, sobre todo cuando tenía sus hermosos y tonificados brazos a la luz.

-Cuando deja de sonar es porque terminó de hacerse el café, ahora le echas azúcar a tu gusto.- dijo y rápidamente él pelinaranja se apresuró a tomar luego de ver al mayor retirando la cápsula para botarla.

The secret revenge²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora