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-¿Estás seguro?- cuestionó a centímetros de su rostro

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-¿Estás seguro?- cuestionó a centímetros de su rostro.

-¿De que se fue?- devolvió la pregunta.

-De que eso es lo que quieres para tus "Buenos días".- explicó, Chan asintió.

-Estoy seguro.

-¿No... prefieres dejar lo que pasó en una noche de confesiones y ya?- vaciló mientras veía a sus labios y ojos constantemente, conociendo el control que eso ejercía sobre el mayor.

-Tú mismo me dijiste que no querías que fuera así.- replicó.

-No sé desde hace cuánto lo que opine o sienta es importante entre nosotros.- dijo fingiendo inocencia. -¿Ahora me dejas tomar las decisiones, Banggie? ¿Ya crecí lo suficiente? ¿Mhm?- cuestionó, esperando a que el hombre se lanzara a besarlo.

Sin embargo este tenía lo mismo en mente.

-¿Ahora soy yo también el que tiene que hacer todo?- cuestionó presuntuoso para finalmente romper con la tensión y juntar sus labios.

Sintió las manos del mayor tomarlo por la cadera hasta acercarlo un poco, no demasiado.

Se dejó llevar por el beso del que el otro empezaba a tomar control y acunó con su mano el rostro del hombre, este sonriendo a medio beso por lo mismo.

No lucía lujurioso en lo absoluto, es más, hasta parecía tierna la forma en la que se sostenían del otro.

Al momento de separarse Kim le sonrió.

-¿Tus "buenos días" te gustan así?- cuestionó y el mayor asintió.

-Me encantaría que todos los días me dieras los buenos días así.- admitió, dejó un piquito más en sus labios y lo miró.

-No habías ni empezado a trabajar, la computadora está apagada.- señaló la mesa, tomando cierta distancia del hombre.

-Porque acabo de subir.- dijo simple y el menor asintió, vio la forma en la que Bang encendía el equipo, sentándose ahora en su silla.

Se recostó un poco de la mesa y se cruzó de brazos. -¿Cuándo es tu cumpleaños, Bang?- cuestionó.

-El tres de octubre, Kim.- dijo de la misma forma, adaptando la misma postura que el chico.

-Está bien.- dijo simple. -Maravillosa charla, pero me temo que debo irme porque tengo un compromiso. Nos vemos en unas horas, Banggie.- sin darle oportunidad a hablar salió de la oficina.

En su habitación tomó algo más de dinero y salió camino a la cafetería. Decidió ir a pie ya que no quería abusar de sus permisos, el auto lo utilizaba únicamente para el transporte de los chicos.

Unos minutos después llegó al lugar, había llegado unos quince minutos antes de la hora acordada y pidió un ligero desayuno mientras esperaba a la chica.

The secret revenge²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora