Aún sigo aqui - Lukas Urkijo #2

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El siguiente día en la casa, estábamos todos en la sala: Fede, Parce, Ian y yo, cada uno cómodamente sentado y hablando de las ideas tan locas que tenía Fede para sus videos.

Un día de estos por su culpa va a venir un payaso y nos va a secuestrar.

En fin, el ambiente era relajado, estabamos esperando a los vecinos y al precioso de mi novio, ya que hoy ibamos a grabar.

De repente, sonó el timbre, rompiendo la paz. Todos nos miramos, pero nadie se movió.

-¿Quién va? -preguntó Ian, mirando a su alrededor, esperando que alguien se ofreciera.

-Ni de pedo voy yo -respondió Parce rápidamente, levantando las manos en un gesto de rendición.

Fede se encogió de hombros y, con una expresión de indiferencia, dijo

-Ve tú, Miranda. Si es tu novio, no lo quiero ver porque me cae mal.

-Ay, no juegues Fede -protesté, rodando los ojos mientras me levantaba del sillón.

-Es tu responsabilidad, Miri. Nosotros no queremos abrir la puerta -se burló Ian, dándole una palmada a Fede, que seguía con su pose de "no me importa".

-De veras, qué flojos son -dije, suspirando mientras me levantaba del sillón- No puedo creer que ninguno de ustedes se levante.

Mientras me dirigía a la puerta, escuché a Fede decir

-Suerte con tu novio, Miri.

-Por eso no tienes novia -grité desde el pasillo, sacudiendo la cabeza con resignación.

Al abrir la puerta, esperaba ver a Lukas, pero en su lugar me encontré con ALAN BELTRÁN.

Que incomodo.

Había un momento de silencio incómodo cuando nos miramos, ambos sin saber exactamente qué decir.

-¡Hola! -dije, esforzándome por sonreír para romper la tensión.

-Hola Miranda -respondió Alan, devolviéndome la sonrisa, aunque parecía un poco nervioso.

Nos quedamos ahí, en la entrada, por un instante. Las palabras de Lidia resonaron en mi mente "Eran tan cercanos, ¿qué pasó?" Ese pensamiento me hizo darme cuenta de que había una distancia entre Alan y yo que no entendía del todo.

-Pasa, están en la sala -le dije, haciéndome a un lado para que entrara.

Cuando Alan entró a la sala, los chicos lo recibieron con bromas.

-¡Mira nada más quién llegó! -exclamó Ian, alzando las cejas

-Ayyy el bebote -añadió Parce, riendo mientras le daba un golpe amistoso en el hombro.

Fede, por su parte, simplemente lo miró y con una sonrisa pícara, dijo:

-Hola, cara de pera

-Como chingas con eso wey - Alan bufó, rodando los ojos, pero no pudo evitar sonreír.

Me quedé parada un momento, observando cómo Alan trataba de encajar en la dinámica del grupo. Aunque las bromas eran típicas de los chicos, había una tensión subyacente que yo sentía y que probablemente Alan también percibía. Era como si la cercanía que solíamos compartir se hubiera desvanecido en el aire.

Después de un rato de risas y bromas, decidí que era el momento de hablar con él. Me acerqué a donde estaba sentado y le toqué el hombro suavemente.

-Alan, ¿podemos hablar un momento? -le pregunté, ignorando las risitas de los chicos.

Alan me miró, sorprendido, pero asintió.