La historia de como un mafioso en busca de venganza encuentra el amor de una manera tan desastrosa. ¿Cómo se conocieron YoonGi y Jimin de Pumped up kicks?
Descúbrelo con este libro.
๑ Precuela de Pumped up kicks
๑ Pareja Principal: YoonMin.
๑ Dark R...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Creo que me gusta YoonGi —mordisqueo su labio inferior esperando la reacción de su amigo.
Jimin había pasado la noche de ayer trabajando con la mente en otro sitio, luego al llegar a su departamento las voces en su cabeza seguían sin callarse y su corazón no dejaba de saltarse un latido cuando pensaba en YoonGi. Si bien cuando lo conoció se sintió atraído, pero su actitud de mierda no le gustaba hasta que empezó a salir con él.
Esa pequeña atracción evolucionó con unas pocas salidas, unos mensajes esporádicos y charlas extensas cuando se veían que no le quedó de otra que dejarse llevar por lo que su corazón pedía a gritos.
Y debería asustarse porque está confesando algo en tan pocos días, pero tal parece, YoonGi tampoco parecía disgustado con su arranque de celos en el evento de adopción, parecía complacido dando a entender que iban por el mismo camino, solo esperaba no estarlo leyendo mal.
Pero claro, como si YoonGi supiera exactamente lo que hacía o pensaba, en la mañana, junto a su puerta descansaba un vaso de latte junto a una foto del pequeño cachorro que hizo que adoptará YoonGi.
Eso lo había hecho sonreír, volteo la foto dándose cuenta que justo detrás, se encontraba una nota escrita a mano.
“Necesitaba un nombre y cachorro no se veía apropiado, así que decidí llamarlo Hades, si no te gusta podemos cambiarlo”
Estaba tomándolo en cuenta para nombrar al cachorro que prácticamente vivía con YoonGi y que por obvias razones iba alimentar YoonGi y no él. Y aún así YoonGi quería que ambos lo nombrarán, corrió en busca de su celular y le hizo saber a YoonGi que le encantaba ese nombre, si le tenían miedo al cachorro por tener albinismo ahora debían temerle por llevar el nombre del dios del inframundo.
No se había dado cuenta que había estado sonriendo desde que abrió su puerta y encontró el detalle, además esa sonrisa persistía mientras viajaba a la universidad y se extendía hasta en las horas de clases, que aunque resultaron tediosas, su sonrisa nunca vaciló volviendo a pensar en esa chispa, en ese revoloteo cuando ve a YoonGi y en esas ganas indescriptibles de besarlo. Sin duda ahí había algo más, algo más fuerte que se apoderó de su corazón sin permiso alguno.
Jimin creyó que contandolo a Taehyung sentiría algún desagrado, algo que le diera la señal de que en realidad no gustaba de YoonGi pero cuando lo soltó, fue todo lo contrario, y para variar su amigo se había echado a reír estrepitosamente en el asiento de la biblioteca.
— Haz silencio si no quieres que nos echen, Taehyung —siseo con molestia, dejando sus libros en la mesa.
— Es que me da risa, Jimin. Hoseok y yo sabíamos que esto era inevitable, YoonGi es distinto contigo y tu sonríes mucho sin contar las fotos que tienes en tu celular. Pero debo contarte un secreto —se reclinó contra la mesa y Jimin lo imitó—, Hoseok me contó que pilló a YoonGi observando mucho su celular cuando llegó a la oficina y cuando notó que Hoseok estaba cerca lo bloqueo rápidamente, pero logró verte en la pantalla de inicio del celular.
