The omega sorcerer [Y.M][✓]

24

Jimin emergió en un nuevo universo, uno que le era desconocido y profundamente inquietante. El aire estaba denso con una energía oscura, casi palpable, que parecía envenenar cada rincón de ese mundo. La magia, que normalmente fluía como una corriente de vida, aquí se sentía rota, corrompida y agonizante. Con una sensación de urgencia, Jimin extendió sus manos, invocando su poder para sanar el daño. Su energía brillante se entrelazó con la magia oscura del lugar, luchando por purificarla. Era un proceso lento y agotador, pero con cada centímetro que sanaba, sentía el universo respirar un poco más fácil.

Mientras avanzaba, la oscuridad parecía retroceder, pero no sin resistencia. Jimin podía sentir el peso de algo más, algo oculto que resistía sus esfuerzos. Sabía que este universo estaba en un estado crítico, pero su determinación no flaqueaba. No podía abandonar a estas almas a la oscuridad. De repente, una sensación extraña lo hizo detenerse. No estaba solo. Giró sobre sus talones y, para su sorpresa, se encontró cara a cara con otra versión de sí mismo. Pero esta versión era diferente; no tenía el brillo mágico que irradiaba normalmente. Sus ojos, llenos de temor, reflejaban el mismo rostro, pero desprovisto de poder, casi humano.

—¿Quién eres? —preguntó la otra versión, su voz temblorosa, apenas un susurro.

Jimin se quedó inmóvil, comprendiendo al instante la confusión y el miedo que debían estar embargando a su contraparte. Esta versión de él no había conocido la magia, ni la inmensidad de los universos, y ahora se enfrentaba a una manifestación de todo aquello que no entendía.

—No temas. —dijo Jimin con suavidad, extendiendo una mano hacia su otra versión. —Soy tú, pero de un universo diferente y no quiero hacerte daño.

Sin embargo, el otro Jimin retrocedió, sus ojos mostrando un pánico creciente. Sabía que si permitía que el miedo tomara control, podría poner en peligro no solo a esta versión de sí mismo, sino al equilibrio de ese universo.

—Lo siento. —susurró Jimin, su voz llena de compasión.

Con un suave gesto, invocó un hechizo de sueño, una energía suave que envolvió a su contraparte. Los ojos del otro Jimin se cerraron lentamente, cayendo en un sueño profundo y tranquilo. Jimin lo sostuvo por un momento, asegurándose de que estaba a salvo, antes de buscar un lugar donde pudiera estar protegido.

Cerca de allí, un espejo antiguo, cubierto de polvo y rodeado de la magia oscura que había estado sanando, llamó su atención. Con un movimiento preciso, canalizó su poder hacia el espejo, convirtiéndolo en un refugio temporal. Con cuidado, colocó a su otra versión dentro, ocultándolo en la superficie reflectante, donde estaría a salvo hasta que pudiera entender mejor qué estaba ocurriendo en ese universo.

Jimin se apartó del espejo, su mirada decidida. Había mucho que desentrañar en este lugar, y debía hacerlo rápido. Algo más grande estaba en juego, y necesitaba descubrirlo antes de que la oscuridad reclamara este universo por completo.