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Jimin lo medito un momento y asintió para recostarse en el pecho del alfa, Yoongi lo abrazo y le dio un beso en su cabello.

—Yoongi. —le dijo.

—Sí, Jimin. —hablo. —¿Qué ocurre? ¿Te sientes mal?

—Solo pensé en algunas cosas. —negó con una risa.

—Puedes decirme. —le acarició la mejilla.

Jimin suspiró y se subió sobre Yoongi acariciándole el cabello y luego el rostro de manera lenta, miró su cuello donde tenía una pequeña cicatriz y la acarició lentamente.

—Márcame. —le susurró. —quiero que me reclames como tu omega.

La habitación estaba en calma, iluminada solo por el tenue resplandor de la luz del sol que se filtraba a través de la ventana. Jimin se encontraba en los brazos de Yoongi, su respiración ligeramente acelerada, pero con una paz interior que pocas veces había sentido.

Yoongi lo miraba con una intensidad profunda, como si tratara de memorizar cada detalle de su rostro, cada expresión, cada suspiro. El instinto alfa despertaba en él con una fuerza que casi le quitaba el aliento; su deseo de proteger a Jimin, de hacerle saber que estaba a salvo, era abrumador. Lentamente, acercó su rostro al cuello de Jimin, sintiendo su pulso vibrante bajo su piel.

—Jimin ... —murmuró Yoongi, su voz cargada de emoción. —¿Estás seguro de que quieres esto? Marcarte es algo definitivo, estaremos unidos en cuerpo y alma.

Jimin asintió, sin apartar la mirada de los ojos de Yoongi. En su expresión había confianza, entrega, y un deseo tan puro como profundo.

—Quiero ser tuyo, Yoongi. —respondió suavemente. —Quiero que seas mi alfa, y quiero ser tu omega... para siempre.

La aceptación de Jimin hizo que el corazón de Yoongi latiera con fuerza. Sin más dudas, inclinó su rostro y dejó un suave beso en el cuello de Jimin, preparando el lugar donde lo marcaría. Luego, con una mezcla de ternura y pasión, dejó que su instinto alfa guiará sus movimientos, hundiendo sus colmillos suavemente en la piel de Jimin.

El dolor fue breve, y se desvaneció rápidamente, reemplazado por una ola de calidez y conexión que llenó a Jimin por completo. Sintió cómo algo profundo dentro de él se despertaba y se unía a Yoongi en un vínculo inquebrantable. Sus corazones latían al unísono, y en ese instante ambos supieron que ya no había vuelta atrás.

Cuando Yoongi se apartó ligeramente, sus ojos reflejaban una devoción absoluta. Se inclinó y besó la marca que había dejado, una señal que decía al mundo entero que Jimin era su omega, y que siempre estaría a su lado.

Jimin, aun con la emoción a flor de piel, se acurrucó en los brazos de Yoongi, sintiéndose más seguro que nunca, sabiendo que el vínculo que los unía era eterno.

The omega sorcerer [Y.M][✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora