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El dolor que Jimin sintió fue como nada que hubiera experimentado antes; un grito desgarrador escapó de su garganta, resonando en el templo y mezclándose con el eco de la magia oscura que había invocado. Su cuerpo estaba siendo consumido desde el interior, como si la misma esencia de su ser estuviera siendo arrancada. La sangre comenzó a deslizarse por sus piernas, manchando el suelo bajo sus pies, y el sabor metálico de la sangre llenó su boca mientras escupía.

A través de sus ojos nublados por las lágrimas, Jimin vio a Yoongi. Una suave luz envolvía a su alfa, como si el mismo universo lo estuviera reclamando de regreso. Esa luz se hizo más intensa, bañando el cuerpo de Yoongi y devolviéndole el color a sus mejillas, eliminando la palidez de la muerte. La herida fatal en su cuello comenzó a cerrarse, el sangrado cesó, y la piel cicatrizó ante los ojos de Jimin, dejando apenas una marca tenue, como un recuerdo distante.

Cada vez que la luz en Yoongi aumentaba, Jimin sentía sus fuerzas menguar. Su cuerpo temblaba incontrolablemente, y el dolor se intensificó, pero sus ojos no podían apartarse de la escena. Ver a Yoongi regresar, ver cómo la vida inundaba de nuevo a su alfa, le dio un atisbo de paz entre el sufrimiento. Sus lágrimas continuaban cayendo mientras un nudo de emociones llenaba su pecho: amor, tristeza y, finalmente, aceptación.

Con un esfuerzo monumental, Jimin extendió una mano hacia Yoongi, aún consciente de que esta podría ser la última vez que lo vería, que podría tocarlo. Su voz, rota y débil, apenas logró salir:

—Yoongi... —susurró, queriendo grabar ese nombre en su alma, queriendo aferrarse a la última visión de su alfa.

Yoongi, envuelto en la luz, comenzó a moverse ligeramente, y su respiración se hizo audible. Jimin, con el último resquicio de fuerza que le quedaba, sonrió débilmente, sintiendo que su sacrificio había valido la pena, que había logrado lo imposible. En su pecho, el dolor se calmó, y un último suspiro escapó de sus labios.

La luz de la magia se desvaneció, y el templo quedó en silencio.

Yoongi abrió lentamente los ojos, aún desconcertado, sin entender lo que había ocurrido. Su mirada se enfocó en el cuerpo de Jimin, que yacía en el suelo, inmóvil, rodeado de sangre. Al comprender lo que había sucedido, una mezcla de horror y desesperación llenó su ser. Se arrodilló junto a Jimin, sosteniéndolo con manos temblorosas, sus propios ojos llenándose de lágrimas al darse cuenta del sacrificio que su omega había hecho por él.

—Jimin... —susurró con la voz quebrada, sabiendo que su regreso a la vida había tenido un precio inimaginable, uno que Jimin había estado dispuesto a pagar por amor.

The omega sorcerer [Y.M][✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora