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Cuando Yoongi despertó no encontró al omega a su lado, se levantó de la cama y busco su ropa para ponérsela, cuando bajó vio como los empleados se movían con cosas navideñas. Yoongi busco al omega y lo encontró en el salón donde hacía sus hechizos, al llegar lo encontró ordenando unas cosas.

—Despertaste. —hablo el omega sin verlo.

—Sí. —suspiro y lo abrazó por la espalda. —¿Qué haces?

—Un té. —hablo.

—¿Un té? —preguntó.

—Sí. —se giró y lo vio. —muy pronto será mi celo.

Yoongi lo miró en silencio por unos segundos, observando cómo el omega ordenaba las hierbas y tarros en la mesa. Sintió un leve nerviosismo en su interior, no por la cercanía de su próximo celo, sino por el modo en que su omega lo había mencionado. Había un matiz de anticipación, pero también de preocupación en su tono.

—¿Quieres que prepare algo especial para ayudarte? —preguntó Yoongi, sin soltarlo de su abrazo.

—No, estarás aquí, eso es suficiente para mí. —El omega negó con la cabeza, y una pequeña sonrisa se asomó en sus labios.

Yoongi sintió cómo sus palabras llenaban el espacio entre ambos con una calidez que casi podía tocarse. Acarició su mejilla, dejando que su mano recorriera suavemente su rostro, transmitiéndole el apoyo que sentía por él.

—Entonces, si lo único que necesitas es que esté aquí, no me moveré de tu lado. —le dijo.

El omega sonrió y apoyó su cabeza en el pecho de Yoongi, disfrutando el latido constante y tranquilizador de su corazón.

—Me alegra oír eso. —susurró el omega, con una dulzura que hizo que el alfa sintiera un leve cosquilleo en el pecho. —Estos días previos siempre me ponen un poco... nervioso.

Yoongi acarició su espalda, reconfortándolo en silencio. No necesitaba palabras; sus gestos decían más de lo que cualquier frase podría expresar. Tras unos instantes, el omega se apartó con suavidad y regresó a su té.

—¿Quieres un poco? —ofreció, mirándolo con ternura.

—Claro, me vendría bien algo caliente. —Yoongi se acomodó en la silla junto a la mesa y observó cómo el omega vertía el té en dos tazas, con movimientos delicados, casi como si fuera un ritual.

Se sentaron juntos, en un silencio cómodo, compartiendo el aroma de las hierbas y el calor de la bebida. Yoongi aprovechó el momento para observarlo con más atención. La cercanía del celo parecía darle una especie de resplandor especial, como si toda la energía a su alrededor vibrara en sintonía con él.

—Sabes. —comenzó Yoongi, rompiendo el silencio. —me siento afortunado de estar aquí para ti, y no hay nada que desee más que hacer de este momento algo que puedas disfrutar, sin nervios ni preocupaciones.

The omega sorcerer [Y.M][✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora