The omega sorcerer [Y.M][✓]

34

Yoongi frunció el ceño, su rostro tornándose aún más oscuro. Había intentado controlarse, pero aquella amenaza en el tono de aquel chico cruzaba todos los límites. Estiró una mano, conjurando una corriente de energía oscura, su mirada gélida clavada en el extraño.

—Intenté ser bueno. —dijo, con voz baja y peligrosa. —pero veo que no me dejas opción.

El hechizo comenzó a formarse en sus manos, una oscuridad palpitante que crecía, lista para envolver y neutralizar al chico. Pero, justo cuando estaba por lanzarlo, una fuerza invisible se apoderó de su cuerpo, paralizándolo en el acto. Sintió que algo apretaba su torso, sus brazos y piernas inmovilizados como si lo hubieran encadenado.

Confuso y frustrado, Yoongi alzó la vista, encontrando la mirada fría y controlada del chico, quien parecía observarlo con una calma perturbadora.

—Min Yoongi del universo TD8. —dijo el extraño, sus palabras llenas de una autoridad absoluta. —Has causado demasiados problemas.

Yoongi forcejeó contra la magia que lo aprisionaba, pero no pudo liberarse.

—¿Quién mierdas eres? —El miedo se coló en su pecho, pero su rostro permaneció estoico mientras replicaba, serio.

El chico lo miró sin pestañear, sus ojos destilando una mezcla de serenidad y juicio.

—Soy Park Jimin, un brujo de otro universo. —Sus palabras resonaron en el silencio como una sentencia irrevocable. —He venido a corregir el daño que has causado.

Yoongi sintió la fuerza que lo sujetaba aflojarse de pronto. Sin perder un segundo, se preparó para atacar de nuevo, pero, en el instante en que dio un paso hacia adelante, el chico alzó la mano, mostrándole un espejo de bordes oscuros y pulidos. La imagen reflejada en él lo dejó paralizado. Allí, en el espejo, vio a alguien muy familiar: su Jimin, con los ojos cerrados, como si estuviera dormido o atrapado en un sueño profundo.

—Tócame, y tu noviecito no lo volverá a ver. —dijo el brujo, su tono afilado y frío como el hielo.

Yoongi contuvo la respiración, sus manos temblando mientras contemplaba el reflejo. La ira y el desespero se mezclaban en su pecho, pero entendía que el brujo no estaba jugando. Dudó, su mirada pasando del espejo al rostro del Jimin de otro universo.

El silencio entre ellos se tensó, y el verdadero peso de las palabras del brujo cayó sobre Yoongi.

—Bien. —dijo serio.

—¿Por qué hay dos Park Jimin aquí? —pregunto serio. —y di la verdad.

—Mi pareja venía de otro mundo. —hablo. —Así que lo traje aquí.

—Dejaste un reemplazo. —pregunto.

—Fue dado por muerto. —Respondió. —no había nada que reemplazar.