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—No vuelvas a entrar ahí. —le dijo.

—¿Por qué? —lo vio.

—No quiero que te suceda lo de Agust. —lo tomo de las mejillas.

—Agust no es su nombre verdadero. —le dijo. —Sé que soy tu pareja, pero sé que me ocultas mucho más.

—¿Por qué tanto interés? —le pregunto.

—Hay cosas que no logro entender. —Respondió.

—Te lo explicaré. —suspiro. —Su nombre real era Park Jimin, como el tuyo.

—¿Tiene mi nombre? —murmuró.

—Sí, pero él decía que era un nombre muy humano, no era digno de un brujo blanco. —abrazo al chico. —por lo cual se cambió a Agust.

Jimin se quedó en silencio por un momento, procesando las palabras que acababa de escuchar. La revelación de que Agust, la persona que parecía haber estado atrapada en ese lugar oscuro, en realidad se llamaba como él, lo dejó atónito. ¿Pero entonces el que tenía en el espejo, no era de ese mundo?

El pálido lo abrazó con fuerza, como si intentara darle consuelo y protección, pero Jimin no podía sacarse la sensación de inquietud. ¿Por qué ese nombre le había causado tanta aversión? ¿Por qué alguien como Agust, o más bien, Park Jimin, habría decidido cambiarse a un nombre tan ajeno, tan distante de su origen? Y aún más importante, ¿por qué ese nombre parecía estar ligado a él de alguna manera?

—No entiendo. —murmuró Jimin, apartándose ligeramente del abrazo para mirar al pálido a los ojos. —¿Qué pasó con él? ¿Qué le sucedió a Park Jimin?

El pálido respiró hondo, sus ojos reflejando una mezcla de dolor y tristeza, como si evadir el tema fuera lo único que pudiera hacer para no caer en el abismo de su propia historia. Finalmente, habló en voz baja, casi como si fuera un susurro de advertencia.

—Lo que le sucedió a Agust... a Park Jimin, fue el precio de haber tocado lo que no debía. —explicó. —Buscó poder, intentó controlar las fuerzas que no eran suyas, y el precio fue su alma. —suspiró. —Se sumió en la oscuridad, y cuando ya no quedaba nada de él, se transformó en algo más.

Jimin tragó saliva, sintiendo cómo la incomodidad se apoderaba de su pecho. Algo en la forma en que el pálido hablaba, tan llena de gravedad, le decía que Agust había sido alguien que había cruzado una línea peligrosa, algo que no debía cruzarse nunca.

—¿Entonces...? —Jimin no pudo evitar formular la siguiente pregunta, aunque temía la respuesta. —¿Está muerto?

The omega sorcerer [Y.M][✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora