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Yoongi se encontraba en el centro de la gran sala, encadenado y bajo el rayo de la luna llena, su única compañía en esa oscura noche. Cerró los ojos con fuerza al escuchar la voz de Jimin, llamándolo en un susurro que le llegaba desde alguna lejana distancia. Su corazón se apretó al oírlo, pero se negó a responder; sabía que hacerlo significaría guiar a Jimin directamente a esa trampa.

Las brujas se dieron cuenta de su resistencia. Una de ellas se acercó con una sonrisa cruel, y, con una fuerza inesperada, le tomó la cabeza entre las manos, forzándolo a concentrarse en el llamado de su omega. El dolor recorrió su cuerpo, su mente tambaleándose ante la presión de aquella magia oscura que manipulaba sus pensamientos, obligándolo a responder.

Y entonces, el espacio quedó en completo silencio. Unas nubes espesas comenzaron a cubrir la luna, sumiendo el templo en una penumbra creciente. Las velas se apagaron una a una, dejando solo un susurro de humo en el aire. En medio de la oscuridad, una densa niebla negra y morada comenzó a materializarse, girando y envolviéndose sobre sí misma hasta que, finalmente, de aquella bruma surgió una figura familiar.

Era Jimin. Pero su mirada no mostraba ni sorpresa ni miedo, sino una fría resolución. Se plantó con firmeza, observando a las tres brujas con una expresión gélida que hizo titubear sus sonrisas solo un instante.

Una de ellas, sin embargo, se adelantó, con los ojos brillando de satisfacción.

—El omega brujo ya está aquí. —anunció con voz triunfal una de las brujas.

La atmósfera en el templo se volvía cada vez más tensa, como si el aire mismo estuviera cargado de la energía oscura que se estaba acumulando. Jimin observó a Yoongi, encadenado, con las brujas aun sosteniéndolo en su poder, y un profundo silencio llenó el espacio mientras él meditaba su siguiente movimiento. Los ojos de Jimin brillaron con una intensidad inhumana cuando alzó la voz, su tono sereno pero mortal.

—Suelten a mi alfa y consideraré no matarlas. —dijo con calma, pero cada palabra llevaba consigo una amenaza de muerte inminente.

Las brujas lo miraron, algunas sorprendidas por la fuerza de su declaración, pero sus sonrisas no vacilaron. Una de ellas, la más audaz, no perdió tiempo, con una velocidad que hizo que el aire se cortara, se acercó a Yoongi, sacando un cuchillo ritual de acero negro que brillaba bajo la luz de la luna.

Antes de que Jimin pudiera reaccionar, la bruja levantó el cuchillo y lo hundió en la garganta de Yoongi, un grito ahogado escapando de él antes de que sus ojos se apagaran, el cuerpo de Yoongi cayendo contra el suelo con un golpe sordo.

The omega sorcerer [Y.M][✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora