𝐂𝐀𝐏 02

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El viento soplaba con fuerza en Rocadragón, agitando el cabello plateado de Visenya mientras ella sostenía con ambas manos su pequeño arco

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El viento soplaba con fuerza en Rocadragón, agitando el cabello plateado de Visenya mientras ella sostenía con ambas manos su pequeño arco. Su lengua asomaba entre sus dientes en una mueca de concentración mientras apuntaba al blanco de práctica, una diana de madera que se veía muy lejana para sus ojos de cuatro años. A su lado, Laenor, su padre, le daba instrucciones con una sonrisa paciente.

—Recuerda, Visenya, tira de la cuerda con fuerza pero mantén el brazo recto —le decía Laenor, intentando que su tono sonara firme pero cariñoso.

Visenya asintió, aunque la mitad de lo que decía Laenor le entraba por un oído y le salía por el otro. Lo único que le importaba era soltar la cuerda y ver volar la flecha como un dragón lanzándose al cielo. Cerró un ojo, respiró hondo, y... ¡Suelta!

La flecha salió disparada, pero en lugar de dirigirse hacia el blanco, hizo un curioso arco y se fue directo hacia la nada, volando muy lejos del campo de práctica.

—¡Vaya! —dijo Visenya, alzando las cejas y soltando una risita—. Creo que le apunté a otro blanco... ¡el invisible!

Laenor se rió mientras sacudía la cabeza, divertido por la energía de la pequeña. Ser Errik, el escudero de la princesa y un hombre que siempre parecía tener una expresión de severidad en su rostro, estaba parado cerca con los brazos cruzados. Ante el fallo de Visenya, simplemente suspiró.

—¡Guardia, traiga la flecha! —ordenó Ser Errik, alzando la voz.

Mientras un guardia se apresuraba a recuperar la flecha perdida, Visenya puso los ojos en blanco.

«Sí, sí, recupérenla, como si fuera un tesoro perdido»pensó, pero no lo dijo en voz alta. Después de todo, no quería meterse en problemas... todavía.

Justo en ese momento, Rhaenyra apareció en el campo de práctica, su expresión era una mezcla de autoridad y ternura. Visenya giró la cabeza y sonrió al ver a su madre acercándose.

—Ah, aquí estás —dijo Rhaenyra con una sonrisa suave—. Tienes que ir con la septa, Visenya.

Visenya suspiró exageradamente, dejando que su arco cayera con un golpe suave contra el suelo.

𝑩𝑳𝑶𝑶𝑫 𝑨𝑵𝑫 𝑨𝑺𝑯𝑬𝑺- 𝑱𝒂𝒄𝒂𝒆𝒓𝒚𝒔 𝑽𝒆𝒍𝒂𝒓𝒚𝒐𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora