𝐂𝐀𝐏 08

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La cena en la sala principal se alargaba más de lo que debería, como siempre que Otto Hightower decidía hablar

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La cena en la sala principal se alargaba más de lo que debería, como siempre que Otto Hightower decidía hablar. Los sirvientes iban y venían, trayendo más comida, pero mis pensamientos estaban en cualquier otro lugar menos en mi plato.

—Dicen que vieron a Caníbal volar cerca de King's Landing —dijo Otto, con ese tono de importancia que usaba siempre que compartía algo que, según él, era de gran relevancia—. Los maestres aseguran que está buscando algo. Tal vez no ha comido en días, lo que lo hace más... peligroso.

Los murmullos en la mesa no tardaron en comenzar. Todos especulaban sobre el dragón, algunos con miedo en la voz, otros con fascinación. Mi madre nunca había hablado de él, pero los cuentos sobre Caníbal eran suficientes para helarle la sangre a cualquiera. Aegon parecía desinteresado, Aemond solo levantó una ceja, pero yo... yo estaba fascinada. Nunca había visto a Caníbal, pero la idea de ese dragón tan peligroso merodeando los cielos me hacía sentir... inquieta.

El aire en la sala se volvió pesado mientras Otto seguía hablando, pero ya no podía concentrarme en sus palabras.

—Buenas noches, mi reina —me levanté de mi asiento de repente, dirigiéndome hacia Alicent, quien me observó con  una pequeña sonrisa.

—Buenas noches, Visenya —respondió con un tono dulce.

Me incliné ligeramente en señal de respeto antes de girarme y salir del comedor. Las conversaciones continuaron a mis espaldas, pero mi mente seguía en otra parte. Cuando llegué a mi habitación, me acerqué a la ventana. La fresca brisa nocturna acariciaba mi rostro mientras miraba hacia los cielos oscuros. Las estrellas apenas brillaban, ocultas tras nubes que parecían predecir tormenta. Me apoyé en el marco de la ventana, pensando en Caníbal. Ese dragón enorme y aterrador, el más salvaje de todos.

¿Qué estaría buscando?, me pregunté mientras escudriñaba el horizonte. Parte de mí deseaba verlo, aunque sabía que sería peligroso, incluso fatal. La fascinación por los dragones estaba en mi sangre, como en la de todos los Targaryen, pero había algo en Caníbal... algo oscuro, casi imposible de resistir.

Suspiré, apartándome de la ventana. Sabía que no aparecería esta noche, y aún así, no podía dejar de pensar en él. Me metí en la cama, intentando sacarme esas ideas de la cabeza. El dragón estaba demasiado lejos... por ahora. Pero aún así, el pensamiento de Caníbal volando libre y salvaje no me abandonaba.

𝑩𝑳𝑶𝑶𝑫 𝑨𝑵𝑫 𝑨𝑺𝑯𝑬𝑺- 𝑱𝒂𝒄𝒂𝒆𝒓𝒚𝒔 𝑽𝒆𝒍𝒂𝒓𝒚𝒐𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora