𝐂𝐀𝐏 18

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El salón del consejo estaba envuelto en una tensión palpable

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El salón del consejo estaba envuelto en una tensión palpable. Las voces de los consejeros resonaban en los muros de piedra, intercambiando opiniones en susurros y murmullos, aunque nadie se atrevía a decir lo que realmente pensaba.

Yo, oculta en un rincón de los pasillos adyacentes, apenas a salvo de la vista de los hombres en el consejo, escuchaba cada palabra. No debería estar aquí, pero la curiosidad me había llevado a espiar lo que discutían. Sabía que algo importante estaba por suceder, algo que afectaría no solo el reino, sino también mi familia.

Otto Hightower era quien había tomado la palabra. Su tono era calmado, pero lleno de una peligrosa arrogancia escondida bajo el disfraz de preocupación.

—Mi rey —comenzó Otto, inclinándose levemente hacia el enfermo Viserys, quien descansaba sobre el trono, su cuerpo débil y agotado—. Todos respetamos vuestra decisión, y nadie duda de la lealtad y el amor que sentís por vuestra hija. Pero... —Otto se detuvo, eligiendo sus palabras con cuidado—. En estos tiempos de inestabilidad, quizás sea más prudente que... alguien con más... experiencia gobierne en su lugar.

El rey Viserys lo miró fijamente, su rostro decaído mostrando signos de cansancio, pero no había debilidad en sus ojos. Era un rey, incluso en la enfermedad. Sus dedos temblaban mientras se aferraba al brazo del trono, pero no dejó que su voz mostrara la misma fragilidad que su cuerpo.

—¿Alguien con más experiencia, dices? —preguntó Viserys con un tono que indicaba claramente su molestia—. ¿Y a quién propones, Otto?

Otto se enderezó, tratando de no parecer demasiado ansioso, pero se le veía claro que había esperado este momento.

—Si me lo permitís, mi rey, como vuestra Mano he estado al servicio del reino por años. Sería un honor... —**Otto** no pudo continuar, ya que Viserys levantó una mano, interrumpiéndolo con brusquedad.

—No. —La palabra resonó en la sala como un golpe, cortando cualquier esperanza que Otto pudiera haber tenido—. Mi hija Rhaenyra es mi heredera. Ella será quien gobierne en mi lugar. No permitiré que ni tú ni nadie cuestione mi decisión. No aceptaré que alguien más, ni siquiera tú, Otto, tome el control del reino mientras yo aún respiro.

𝑩𝑳𝑶𝑶𝑫 𝑨𝑵𝑫 𝑨𝑺𝑯𝑬𝑺- 𝑱𝒂𝒄𝒂𝒆𝒓𝒚𝒔 𝑽𝒆𝒍𝒂𝒓𝒚𝒐𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora