Entro a la habitación de la reina con pasos decididos, aunque mi corazón late tan fuerte que siento que podría oírse en toda la fortaleza. Apenas cruzo la puerta, las palabras salen de mi boca sin control, como si hubieran estado atrapadas por demasiado tiempo.
—¿Es verdad? —pregunto, mi voz temblando un poco más de lo que pretendo, pero no puedo contenerme.
La reina Alicent se gira hacia mí, pero no hay severidad en su mirada esta vez. Su expresión es suave, casi comprensiva, y sus ojos reflejan una calidez inesperada.
—Visenya, ven aquí —me dice, su voz calma, extendiendo una mano hacia mí.
Dudo por un segundo, pero al final me acerco. Cuando llego a su lado, toma mis manos entre las suyas. No es el frío toque que esperaba, sino algo mucho más reconfortante. Siento el peso de las emociones que me han estado consumiendo, pero su contacto hace que sea más fácil respirar.
—Escúchame —dice suavemente—. Tu madre viene, pero no es para hacerte daño, ni para ignorarte. Ella viene porque hay una disputa por Driftmark, y tu hermano necesita que ella esté aquí.
Su tono es tan comprensivo que algo dentro de mí se desmorona. No puedo evitar bajar la mirada, luchando por mantener la compostura.
—Hace más de diez años que no la veo... ni una visita, ni una palabra —murmuro, mi voz apenas audible—. Y ahora... ni siquiera viene por mí.
Alicent aprieta suavemente mis manos, obligándome a mirarla de nuevo. Hay algo en sus ojos, una tristeza que no había notado antes.
—Lo sé, querida —dice con dulzura—. Pero eso no significa que no le importes. Las circunstancias en esta vida a veces son más complicadas de lo que parecen. —Hace una pausa, como si estuviera eligiendo cuidadosamente sus palabras—. Rhaenyra te ama, y aunque no lo parezca ahora, su corazón aún está contigo.
Esas palabras me golpean más de lo que esperaba, y siento un nudo formarse en mi garganta. Quiero creerlo, pero es difícil después de todo este tiempo.
—No quiero verla —susurro, incapaz de contener las lágrimas que amenazan con caer—. No puedo hacerlo, no quiero enfrentarla...
Alicent me atrae hacia ella, envolviéndome en un abrazo que me sorprende por su calidez. Su fragancia suave me reconforta, y por un momento, me siento segura. Como si todo pudiera estar bien, aunque sea por un segundo.
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𝑩𝑳𝑶𝑶𝑫 𝑨𝑵𝑫 𝑨𝑺𝑯𝑬𝑺- 𝑱𝒂𝒄𝒂𝒆𝒓𝒚𝒔 𝑽𝒆𝒍𝒂𝒓𝒚𝒐𝒏
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