Chapter 18

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⚜️Baile, Recuerdos y Espejos⚜️

Las noches frías de Boston ya se estaban familiarizando con todas las personas, en especial con las que estaban en sus casas, abrigados y seguros, después de un largo día de trabajo, donde podían ver películas con chocolate caliente y ver la nieve caer desde la sus salas, muchos aman este clima, otros simplemente disfrutaban el verano, sin embargo eso no impidió que muchos se emocionaran por saber que estaban en la Víspera de Navidad.

Sea como sea, muchos aman la nieve, el frío y el calor de una chimenea, sin contar a los pobres vagabundos o ebrios que están en las calles a altas horas de la noche.

Aunque, no podemos hablar por todos.

¿Verdad?

Un camión repartidor conocido en la ciudad transitaba en la soledad de las calles con destino a la fábrica, donde guardaría el transporte y el conductor regresaría a su casa después de su labor.

El conductor que ya hacía con otro compañero, iba silbando, mientras que el otro solo leía las indicaciones que llegaban a el teléfono celular, concentrado y releyendo el mensaje para que nada saliese mal.

Pues la última ves que eso sucedió, alguien no estuvo muy contento y le voló los dientes de un disparo a su antiguo compañero.

En fin.

Pronto llegaron a los portones principales de la fábrica, en este ya se veía las iniciales de dicho lugar, una ves el escáner leyó el código que el transporte tenía adherido a el vidrio frontal, este se abrió y ellos pudieron avanzar hasta llegar a las bodegas  K de la parte derecha.

Una vez dicha bodega estuvo frente a ellos, y después de unos movimientos para entrar de retroceso, la bodega se cerró, al igual que los integrantes de aquel vehículo rojo.

Las puertas sonaron y el conducto siguió silbando hasta que se encontró con su compañero en la parte de atrás, ambos se vieron y suspiraron.

A trabajar.

El copiloto abrió la cortina corrediza de el vehículo, donde ya hacía un hombre obeso amarrado de piernas y manos, este se encontraba en forma fetal, ya que una cadena rodeaba su cuerpo impidiendo que este moviera siquiera los dedos de sus manos.

Lo arrastraron sin miramientos hacia el exterior, donde lo dejaron caer desde la altura de el Camion hasta el suelo, las cadenas se enterraron en sus laterales por el impacto y gimió de dolor, más sus quejas fueron encerradas en su boca al tenerla con cinta adhesiva.

—¿Donde dijo el Jefe?— preguntó el conductor que portaba una gorra y le vio con las manos en las caderas.

—Cuarto de Herramientas— contestó sin verlo mientras leía por última ves el mensaje, en verdad no quería cometer errores y sabía lo estricto que era el Señor Wonka— Andando.

Arrastraron de la cadena que sobraba al sujeto y empezaron a hablarlo con fuerza.

—Mierda viejo, pesas una tonelada.— se quejó el rizado alto.

—Si, lastima que no comerá más de sus porquerías — El de gorra rió, sin nada de gracia pero como si fuese el chiste más grande de todos, su carcajada entrecortada hizo al otro rodar los ojos.

—¿Te quieres callar? Solo arrastra al panzón para que nos podamos ir— exclamó y siguieron andando, arrastrando demás al rechoncho hombre que se retorcía por inútilmente liberarse.

Después de lo que fueron unos largos minutos por el camino tan lento en llegar , ambos juegos vestidos de azul llegaron a el Cuarto de Herramientas.

Entraron y lo dejaron cerca de una silla, sobre ellos solo había una luz que los iluminaba y los encerraba en un enorme círculo blanco, suspiraron y jadearon por el esfuerzo.

WONKA //KOOKTAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora