Cambio 17 - Jimin y su cuerpo de ensueño.

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Otro día más en la oficina de Taehyung tratando de hacer su trabajo. Continué deslizando el cursor del mouse, revisando los archivos que Taehyung poseía, todos de trabajo. Abrí el icono de una carpeta, mostrando la infinidad de documentos que contenía.

Salí de aquella carpeta y así fui revisando de una en una, tratado de ver que más podía averiguar sobre la vida de Taehyung. Después de una hora completa, no encontré nada de utilidad.

Quería jalar mis cabellos con desespero, si no obtenía información, no podría seguir fingiendo ser él por mucho tiempo. Tarde o temprano se darían cuenta, si no era Yoongi, probablemente su padre o Jimin. Oh no, mi Jimin no podía enterarse de la verdad, de que yo era un farsante o me odiaría para siempre.

Me recosté en la silla, mirando a mí alrededor como si fuera a encontrar la solución. Al quedar de frente nuevamente, rectifiqué la hora y abrí uno de los cajones donde Taehyung guardaba su medicina, era la hora del maldito medicamento que se suponía, salvaba la vida de Taehyung.

Después de tenerlo en mis manos, antes de cerrar el cajón, pude visualizar algo que brillaba, lo cual había captado por completo mi atención. Dejé la medicina sobre el escritorio y volví a meter la mano en el cajón, tomando aquel objeto y escudriñándolo con la mirada.

En eso, Yoongi entró en mi oficina con un botellón de agua en una mano y en la otra tenía lo que parecía ser un croissant, mientras que su tableta la cargaba en su axila aplastándola contra su costado. Al verme, dejó caer la botella de agua y su tableta al piso, al mismo tiempo que abría su boca y sus ojos tan grandes como podía.

— ¿Qué mierda le hiciste a tu cabello? —parecía que estaba conteniendo las ganas de gritar.

—Oh, ¿Hablas de esto? —dije tomando un mechón de mi cabello y luego dejándolo caer libremente—. Solo un pequeño cambio de ambiente.

Yoongi estaba a punto de colapsar. Cerró los ojos para respirar profundo. Al abrirlos se acercó, quedado a centímetros de distancia de mí. Tragué duro, preparándome para la reprimenda, que estaba seguro, estaba por darme justo ahora. Él me examinó con la mirada, de arriba abajo.

—De todos los colores que pudiste elegir, ¿Tuvo que ser azul?

—Es lindo, además me favorece.

—Sí, pero no a la empresa. Eres el puto jefe, ¿Qué estabas pensando? —se detuvo a ver mi nariz—. ¿E-eso es un pircing? —creo que estaba a punto de hiperventilar. Desde mi posición podía ver como sudaba frío.

—Así es—afirmé tocando mi perforación—. ¿No es genial?

— ¡Por supuesto que no lo es! —finalmente gritó—. No me digas, te hiciste un tatuaje también—dijo con ironía. Mis ojos brillaron, causando que abriera mi boca con emoción.

— ¿Qué comes que adivinas? ¿Quieres ver? —iba a levantar mi camisa, descubriendo el tatuaje en mi abdomen, pero Yoongi lo impidió, tomando mi mano para frenar mi acción.

—Olvídalo, no quiero saber más. Será mejor que te quites ese pircing de tu nariz y ocultes tu tatuaje. Le hablaré a Jinwoo para que traiga una peluca.

—No seas aburrido, Yoon. Se supone que la gente vea mi nuevo estilo.

—Si tu padre lo ve, va a liquidarte.

—Tu tranquilo, yo nervioso. Confía en mí—lo abracé por los hombros con uno de mis brazos.

—No lo hago. Estas muy raro, Taehyung—se deshizo de mi agarre—. Será mejor que muevas tu culo y sigas trabajando, mucho mejor sino sales de tu oficina—se devolvió en sus pasos, recogiendo el botellón que había dejado olvidado, colocándolo encima del escritorio—. Toma, para tus pastillas.

¿Quién eres? - Kookmin & VhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora