Cambio 39 - Despedida y un corazón roto.

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Cada segundo que transcurría era crítico para el empresario y Seokjin se hallaba con los nervios a flor de piel, sintiendo que la angustia nublaba su juicio. Movía la planta de su pie de arriba hacia abajo, como una manera de aliviar un poco su ansiedad mientras aguardaba por noticias de su hermano, quien estaba siendo intervenido en cirugía por su estado de extrema delicadeza.

Los momentos que pasó junto a Jungkook invadieron su mente, como si su cerebro se hubiese metido en complot para amargarle la existencia. Su vista se tornó nublada, por las lágrimas que se acumulaban en sus ojos acuosos. Para Jin no era fácil esa situación, como para cualquiera de los presentes, puesto que se trataba de su hermano al que tanto amaba, aunque no compartieran ningún lazo sanguíneo.

Debía admitir que estaba un poco resentido con el empresario, quien estaba sentado a dos sillas de distancia, sobando los hombros del rubio. Seokjin sabía que el loco de Taemin había secuestrado a sus vecinos por su causa, la cual era vengarse de Taehyung. Lo que no terminaba de entender, era porque su hermano se vio involucrado a tal punto de estar luchado por su vida. Si Jungkook no lograba resistir la cirugía, no iba a contenerse de demandarlo por todo el daño que les había causado desde que apareció en sus vidas.

Las puertas de la sala se abrieron, mostrando la figura del médico cirujano, quien se estaba retirando el tapabocas y el gorro que cubría su cabeza. Inmediatamente, los cuatro presentes se levantaron de las sillas, casi corriendo hasta el especialista, excepto uno de ellos. Jungkook guio una mano a la base de su cabeza, al sentirse mareado cuando se levantó de golpe, quedándose quieto en su lugar, apretando los ojos con fuerza, manteniendo sus parpados cerrados.

El mayor de los cuatro se detuvo sobre sus pasos, mirando sobre su hombro al empresario, quien permanecía inmóvil en su lugar y por su semblante, no parecía sentirse bien. Se maldijo mentalmente por preocuparse, más no podía evitarlo, era un alma noble y así lo habían criado, era la cruz con la que debía cargar.

Dejó que Hoseok se encargara de Jungkook por los momentos, mientras él dirigía sus pasos hacia atrás, donde se encontraba el menor.

—Debería ir a que lo revisen—habló una vez estuvo frente a él.

—No es necesario, estoy bien—mintió claramente, sintiendo las punzadas que aturdían su cabeza, con todo y eso, decidió ignorarlas para sonreírle a su hermano y convencerlo de su argumento, sin embargo, el resultado fue más una mueca que nada.

—Qué necio, en eso se parece a mi hermano—negó con la cabeza, para tomar su brazo y arrastrarlo del lado contrario al quirófano y Jungkook prefirió ahorrarse sus quejas, porque sabía que Jin no le haría caso en lo más mínimo.

En un trayecto silencioso, más de lo que le hubiera gustado al peliazul, llegaron a emergencias, donde un residente se levantó de su asiento al verlos caminar en su dirección.

—Por favor revisen a mi amigo, le duele mucho su cabeza y vino junto con los chicos gravemente heridos por bala—explicó el mayor, sin soltar el brazo de su hermano.

— ¿Recibió algún golpe o esta herido? —preguntó el residente de guardia, a lo que Jungkook afirmó con su cabeza.

—Ese maniático me golpeó la cabeza con la base de su arma—señaló la zona afectada, donde efectivamente había sangre seca.

—Diríjase al consultorio del neurólogo, ahí le atenderán esa herida, ¿Siente algún otro síntoma?

—Solo me mareé un poco, pero es todo.

—Muy bien, vaya hacia allá para que lo atiendan y tendrá que estar en revisión las próximas veinticuatro horas, lo más probable es que le pidan una placa para asegurarse de que no haya ningún traumatismo interno o lesión en la estructura del cráneo.

¿Quién eres? - Kookmin & VhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora