Cambio 10 - Fingiendo ser tú

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No pude decir nada más, simplemente me zafé y escapé como un cobarde. Yoongi me siguió hasta afuera gritando mi nombre por los pasillos del hotel, pero lo ignoré. Estaba a punto de salir, pero Yoongi me alcanzó en el vestíbulo, deteniéndome de mi brazo. Me di la vuelta y lo encaré.

— ¿Cómo lograste alcanzarme?

—Usé el elevador—quise golpearme, claro era obvio. Yo había usado las escaleras—. ¿Por qué huiste?, ¿Acaso es lo único que sabes hacer? —me cuestionó con queja, pero no estaba realmente enojado.

—No puedo hacerlo si no nos amamos.

—Ya te dije que es tu responsabilidad, es por la empresa.

—Pero no me siento bien con esto. Simplemente, no lo entenderías.

—Teníamos un acuerdo, prometiste que lo harías. No era tan difícil.

—No me obligues a volver, por favor—supliqué juntando mis manos cerca de mi rostro.

—De verdad que solo me traes problemas—se quejó, pero a manera de broma, ya que una sonrisa socarrona se asomó en su rostro—. Yo me encargaré de esto, tu espera en el auto, ¿bien? No vayas a escapar—me advirtió, yo solo reí negando.

—No lo haré.

Dicho eso, Yoongi volvió adentro, mientras yo dirigía mis pasos hacía el vehículo, obedeciendo a mi mayor. Una vez dentro, comencé a divagar en todo lo que había sucedido y en lo caótica que se había vuelto mi vida.

Me pregunto cómo le estará yendo a Taehyung. Extrañaba a mi familia, a mi madre, Jin, Hoseok, Minhyuk y Namjoon. Solo espero que esta pesadilla acabe rápido, no sé cuánto tiempo más pueda mantener esta farsa.

Entonces recordé a Jimin y lo apuesto que se veía vestido de novio. Cuanto me hubiera gustado conocerlo antes, saber más de él. Aunque si lo pienso bien, nunca tendría oportunidad con él, después de todo somos de clases distintas, de mundos diferentes.

El sonido de la puerta cerrándose me sacó de mis pensamientos. Volteé a ver, encontrándome con Yoongi, quien encendió el auto y dio marcha a quien sabe dónde.

— ¿Todo bien? —pregunté ansioso.

—Dentro de lo que cabe. Park está furioso—dijo con una sonrisa en su rostro, algo que me confundió, pero no le preste mucha atención.

—Lo siento—volví a disculparme, encogiéndome en mi asiento, mientras apretaba el cinturón de seguridad algo apenado.

—No te preocupes por eso, de todas formas, yo tampoco estaba de acuerdo con este matrimonio de mierda, ¡Qué les den! —lo miré sorprendido por su reacción, no la esperaba.

—Pero, si tú eras el más interesado en esto.

—Si lo hice, es porque así lo decidiste y yo solo lo respeté. Aunque siempre esperé que recapacitaras.

—Entiendo. No veo porque tanto empeño, los ricos son tan complicados.

—Ni que me lo digas—rodó los ojos, habiendo una mueca—. Viví entre ellos por mucho tiempo.

— ¿No eres rico? —él negó.

—Solo trabajo para ellos, soy tu amigo desde la secundaria o ¿Acaso también lo olvidaste? —me dedicó una mirada triste.

—Y-yo—no sabía que decir.

—Como sea. Solo olvídalo—le restó importancia.

—Lamento que mi cabeza esté hecha un lío.

—Está bien, pronto te recuperaras. Tenemos que hacernos cargo de los traidores de la editorial.

— ¿Traidores?

¿Quién eres? - Kookmin & VhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora