¿Quién eres? - Kookmin & Vhope

Cambio 31 - El comienzo de la verdadera venganza

— ¡Ah! —se quejó el mariachi al sentir el ardor en su labio partido, por la cura que le estaba realizando Jimin.

—Deja de quejarte como un bebé, mira que tú mismo te lo buscaste—comentó no muy feliz Yoongi, quien permanecía de pie, mientras Jimin y Jungkook estaban sentados en el comedor, con el azabache limpiando las heridas que le había dejado el empresario al menor.

— ¿Tienes que recordármelo?

—Es que, ¿Cómo se te ocurre siquiera cometer tal barbaridad?, ¿acaso eres idiota? —cuestionó molestó el más bajo de los tres, con sus manos en sus caderas y su ceño fruncido.

— ¿Podrías dejar de pelear? No puedo curarlo si se está moviendo—reclamó Jimin, recostando sus palmas en los bordes de la silla de Jungkook.

—Tú mejor no opines, traidor.

El modelo arrojó la gasa con la que estaba curando a Jungkook sobre la mesa, levantándose con notoria irritación, no estaba de humor para soportar a su mayor. El pálido temió un poco cuando Jimin se paró de la silla con malhumor, más no lo demostraría.

—Seré traidor y todo lo que quieras—avanzaba cada paso, hasta llegar a Yoongi—, Pero por favor, déjame terminar de hacer la maldita cura y luego, puede insultarme y reprenderme todo lo que quieras, que con gusto escucharé tus quejas.

Dio un último vistazo a su mayor, para después retomar su asiento, echándolo para adelante y así poder estar más cerca de Jungkook para realizar la cura con más comodidad. Yoongi se limitó a bufar, odiaba recibir órdenes y sobre todo viniendo de quien los había traicionado.

—Iré por un cigarro, no puedo seguir así—se dirigió a la puerta, pero antes de salir escuchó a Jimin hablar.

—Mejor si no regresas—Yoongi rodó los ojos, para finalmente salir del departamento.

Jimin dejó escapar un suspiro cuando Yoongi había abandonado el departamento. El peliazul notó su frustración y guio su mano hasta las pequeñas de Jimin que descansaban en su regazo, queriendo levantarle un poco el ánimo.

—No le hagas mucho caso a Yoongi, ya sabes lo gruñón que es, pronto se le pasara.

—Él tiene razón, por mi culpa te peleaste con tu padre y probablemente te despida.

—Oye, nada de esto es tu culpa—agarró su mentón y levantó su rostro, admirando sus lindos ojos azules que estaban cristalizados, queriendo sollozar—. Fue mi decisión y ellos deben entenderlo. Además, si no hubiera inculpado a tu hermano, nos habríamos ahorrado este escándalo.

—Sé que solo quieres hacerme sentir mejor.

— ¿Y funciona? —Jimin rió, como hace rato no lo hacía y Jungkook estaba satisfecho con eso.

—Bastante.

—Eso es todo lo que importa. Ya nos ocuparemos de lo demás después—Jimin dejó un pequeño besito en sus labios, a lo que el menor sonrió embobado.

—Gracias, Tae.

— ¿Por qué?

—Por elegir estar de mi lado y por querer ayudarme. Te amo—Jungkook sostuvo su rostro y lo acercó para besarlo nuevamente.

—Yo también te amo, Jimin. Lo hago y con locura, que no me importa a quien tenga que enfrentar o lo que tenga que dejar atrás. Tú lo vales.

—No me equivoqué alenamorarme de ti—y esta vez, la sonrisa de Jungkook fue algo decaída, perotrato de que no se notara. Porque Jimin solo tenía ojos para Taehyung y eso loponía de malas.