Taehyung estaba comprometido con un hombre que no amaba. Jungkook estaba harto de su situación financiera. Ambos querían un cambio en sus vidas, pero ninguno hacía nada al respecto.
Un accidente, que nadie imaginó podría cambiar completamente sus vi...
Minho caminó por los pasillos de su piso, saludando con un movimiento de cabeza a sus compañeros hasta que llegó a su oficina, donde no esperó encontrarse con cierto azabache cruzado de piernas, sentando en su silla detrás del escritorio y para ser honestos, no se veía nada feliz, más bien su frente estaba arrugada y su semblante era serio.
Eso no evitó que una sonrisa adornara los labios del castaño, amaba fastidiar al hermanito de Taemin, las expresiones de Jimin no tenían precio.
— ¡Darling! —expresó con júbilo sobreactuado, cosa que hizo enfurecer más al de ojos azules—. Qué sorpresa tenerte en mi oficina, ¿Tanto me echabas de menos? —Jimin giró sus ojos, colocando su pierna cruzada en el suelo y levantándose, mientras apoyaba sus manos de las abrazaderas de la silla.
Con sus brazos cruzados a la altura de su pecho, caminó hasta Minho, quien aún no borraba esa fastidiosa sonrisa que lo sacaba de quicio, ¿Acaso todo esto le parecía divertido?
—Vine a tratar contigo un asunto de suma importancia.
—A ver—lo detuvo, colocando una mano frente a él—, Déjame adivinar, ¿Se trata de Kim?
— ¿A qué juegas, Minho?, ¿Sabes lo que provocaste? —levantó un poco su voz, haciendo detonar su enfado.
—No te preocupes, bebé. Todo está fríamente calculado—extendió sus brazos a su lado, mientras Jimin lo miraba con resentimiento—. Vamos Jimin, no vas a venirme ahora con que estas preocupado. Mientras más rápido nos deshagamos de Kim, mejor para nosotros—dijo al mismo tiempo que rodeaba los hombros del azabache con uno de sus brazos.
Jimin miró su agarre de soslayo, para luego dirigir su mirada a él, achicando sus ojos. Alzó los hombros para deshacer su agarre, hecho que no sorprendió a Minho, quien no dejaba de sonreír.
—Eso no es justificación, ¡No somos unos asesinos! Prácticamente, la vida de Taehyung dependía de un hilo, por poco y no sale de esta—reclamó alterado, tanto que incluso las venas de su cuello blanquecino se marcaron.
—Cariño, para llevar a cabo esta venganza, debemos esforzarnos más, hacer lo que haga falta. Llevamos varios años sin avanzar nada, ¿Hasta cuándo tendrá que esperar Taemin? ¿Hasta que su agresor lo mate dentro de la cárcel?
El menor se mordió los labios, sabía que Minho decía la pura verdad y ahora se sentía de lo peor, por preocuparse más por la vida de su enemigo, que la de su propio hermano.
—Te quedas callado, porque sabes que digo la verdad. Además, Taemin fue el que me encomendó que lo drogara—dijo de lo más simple, tirándose en la silla.
Volteó a ver a Minho, ya que anteriormente le daba la espalda, sin poder creer lo que había escuchado salir de sus labios.
— ¿Qué Taemin hizo qué?
—Lo que escuchaste, Minnie—le restó importancia—. Igual no es tan grave, sobrevivió, ¿no?
El modelo no quería escuchar nada más, así que salió de la oficina de su compañero sin agregar nada más. Pero antes, el castaño lo detuvo al hablar.
— ¿No será que te estas tomando demasiado enserio tu papel de marido? —Jimin se quedó tieso en su lugar—. Recuerda quien eres y a lo que has venido.
Sin más, el azabache se retiró finalmente, con las palabras de su compañero en su cabeza. Minho se rió entre dientes.
—Hay Jiminie. Te estás metiendo en terrenos peligrosos y probablemente, de ahí no tendrás retorno.
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