La noche cayó rápidamente sobre el extraño mundo en el que se encontraban, envolviéndolos en una oscuridad que parecía absorber toda la luz restante. A medida que se acercaban al templo, la sensación de inquietud crecía en el corazón de Dev. Algo en ese lugar lo llamaba, no solo en un sentido físico, sino en lo más profundo de su ser. Pero, como siempre, el miedo a sus propios sentimientos lo mantenía en silencio, evitando lo inevitable.
El templo se alzaba imponente frente a ellos, sus muros cubiertos de enredaderas que parecían moverse como serpientes vivas. Una puerta gigantesca, adornada con grabados antiguos y símbolos incomprensibles, bloqueaba la entrada. La llave que Hazel llevaba en su mano brillaba tenuemente, como si respondiera a la presencia del templo.
—Debe ser aquí —murmuró Ryan, mirando la puerta con una mezcla de miedo y fascinación.
Hazel asintió, sintiendo que la llave vibraba ligeramente en su mano. Sabía que estaban en el lugar correcto, pero también sentía que cruzar esa puerta sería más que un simple paso físico; sería adentrarse en lo desconocido, en un mundo donde las reglas no eran las mismas y donde sus emociones más profundas podrían ser puestas a prueba.
Dev observó a Hazel, viendo la determinación en sus ojos. Sabía que ella estaba lista para lo que fuera que estuviera esperando al otro lado, pero él no estaba tan seguro de sí mismo. Todo lo que había sentido, todo lo que había evitado decirle, parecía ahora una carga insoportable. Había algo en el aire que lo empujaba a actuar, a finalmente enfrentarse a sus sentimientos.
—Deberíamos entrar —dijo Hazel, acercándose a la puerta.
Dev tragó saliva, sintiendo cómo su corazón latía más rápido. Asintió, siguiendo a Hazel mientras ella insertaba la llave en la cerradura. Un sonido profundo resonó cuando la llave giró, y la puerta comenzó a abrirse lentamente, revelando un pasillo oscuro que se extendía más allá de lo que sus ojos podían ver.
—Vamos —dijo Dev, tomando la delantera por primera vez. Sabía que tenía que ser fuerte, no solo para proteger a Hazel y Ryan, sino también para enfrentarse a sí mismo.
El pasillo estaba iluminado solo por la luz de la llave, que Hazel sostenía en alto. A medida que avanzaban, las paredes comenzaron a brillar con inscripciones doradas, iluminando sus rostros con una luz cálida. Dev sintió un cosquilleo en la nuca, como si algo lo estuviera observando desde las sombras.
Finalmente, llegaron a una gran sala circular. En el centro, una estructura similar a un altar se elevaba desde el suelo, y sobre él, una esfera de luz flotaba suavemente, pulsando con una energía que parecía viva.
—¿Qué es eso? —preguntó Ryan, dando un paso adelante.
Hazel miró la esfera con fascinación. Sabía que era importante, que de alguna manera estaba conectada con la llave y con todo lo que habían experimentado hasta ahora.
—Parece... un corazón —dijo Hazel, sorprendida por su propia intuición.
Dev también lo veía ahora. La esfera de luz tenía una forma extraña, no era un círculo perfecto, sino que parecía latir, como un corazón verdadero. Algo en ese lugar resonaba con sus propios sentimientos, con todas las emociones que había estado evitando.
—Es el Corazón del Templo —dijo una voz profunda desde las sombras.
Los tres se giraron bruscamente, buscando la fuente de la voz. Un hombre alto y encapuchado apareció desde la oscuridad, caminando lentamente hacia ellos. Sus ojos brillaban con una luz dorada, la misma que emanaba del Corazón del Templo.
—¿Quién eres? —exigió Dev, poniéndose frente a Hazel y Ryan en un acto reflejo de protección.
—Soy el Guardián del Templo —respondió el hombre, su voz resonando en la sala como un eco—. He estado esperando su llegada.
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el amor Secreto de Dev "Magia en el Destino: El Corazón de Dev y Hazel"
RandomDev el nieto de Doug Dimmadone se enamora de una compañera de clase que acaba de mudarse a la ciudad