El sol se ocultaba lentamente en el horizonte, pintando el cielo con tonos de naranja y violeta. Hazel y Dev estaban sentados en el parque, aún procesando la conversación que acababan de tener. La incertidumbre les pesaba como una losa, pero sabían que debían enfrentar la realidad.
—No puedo dejar de pensar en Jenkins —dijo Hazel finalmente, rompiendo el silencio que se había asentado entre ellos—. Él no merece esto. No merecía que lo engañara.
Dev sintió un retortijón en su estómago al escuchar su nombre. La mención de Jenkins era un recordatorio constante de que su relación con Hazel estaba llena de complicaciones.
—Lo sé, pero también hay que considerar lo que sentimos el uno por el otro —respondió Dev, intentando encontrar un equilibrio en la situación—. Esto es difícil para los tres, pero no podemos ignorar lo que hay entre nosotros.
Hazel bajó la mirada, sus pensamientos atrapados entre lo que había sido y lo que podría ser. Estaba en un torbellino emocional, atrapada entre su amor por Dev y su compromiso con Jenkins. La culpa la devoraba.
—Dev, tengo que hacer lo correcto. Necesito hablar con Jenkins. No puedo seguir así, con esta carga —dijo Hazel, sintiendo que las lágrimas amenazaban con asomarse nuevamente.
Dev apretó la mandíbula, sintiéndose impotente. No quería perderla, pero sabía que también era justo que ella enfrentara sus responsabilidades.
—Si eso es lo que sientes que debes hacer, lo apoyaré —dijo Dev, aunque su voz sonaba apagada. El temor de perderla lo consumía, pero no podía ser egoísta.
Hazel se levantó, sintiendo que el aire fresco del atardecer despejaba su mente. Sabía que debía ser honesta con Jenkins. No podía continuar en esta situación, especialmente con un embarazo en juego.
—Necesito tiempo para aclarar las cosas —dijo, tomando una profunda respiración antes de girar hacia Dev—. Pero, por favor, no me olvides. Lo que tenemos es real para mí.
Dev la miró, sintiendo un dolor profundo en su pecho. Sabía que la amaba, pero también sabía que tenía que respetar su decisión, aunque eso significara alejarse.
—Nunca te olvidaré, Hazel. Siempre estaré aquí, no importa lo que pase —respondió, sintiendo que las palabras salían de su corazón.
Con eso, Hazel se dio la vuelta y se alejó, dejando a Dev solo con sus pensamientos. El parque estaba silencioso, y la atmósfera se sentía pesada. Mientras caminaba, la ansiedad se apoderó de él. Sabía que había algo importante que aún no había resuelto: su relación con Tammy.
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Mientras tanto, Tammy estaba en su apartamento, luchando con sus propios pensamientos. Había estado en la misma posición de Hazel, sintiendo la presión de tener que tomar decisiones difíciles. Dev había estado distante desde que habían tenido su encuentro, y aunque sabía que él había estado lidiando con sus propios sentimientos por Hazel, no podía evitar sentirse sola en esto.
Tammy se llevó una mano al estómago, sintiendo una ligera punzada de nerviosismo. Aunque estaba emocionada por la idea de ser madre, también sabía que el camino por delante no sería fácil. La realidad de que estaba esperando un hijo con un hombre que aún amaba a otra mujer le causaba un dolor punzante.
Decidió que necesitaba hablar con Dev, no solo para discutir el futuro del bebé, sino también para aclarar cómo se sentía acerca de su relación. Se sentó en el sofá y se tomó un momento para concentrarse. Sabía que tenía que ser directa.
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Mientras tanto, Dev llegó a su casa, sintiéndose agotado por la carga emocional que llevaba. Se sentó en su cama, mirando al vacío, intentando comprender todo lo que había sucedido. Justo cuando comenzaba a perderse en sus pensamientos, su teléfono sonó. Era Tammy.
—Hola, Tammy —respondió, tratando de sonar despreocupado.
—Hola, Dev. ¿Podemos hablar? —dijo ella, su tono serio.
—Claro, ¿dónde estás? —preguntó Dev, sintiendo un leve escalofrío recorrer su espalda.
—Estoy en casa. ¿Puedes venir? —dijo Tammy, y su voz tenía un toque de urgencia.
—Voy para allá —respondió Dev, sintiendo que la preocupación lo invadía.
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Al llegar al apartamento de Tammy, Dev encontró la puerta entreabierta. Entró y la vio sentada en el sofá, con una expresión seria en su rostro.
—Gracias por venir —dijo Tammy, mirándolo a los ojos.
—¿Qué pasa? Te ves preocupada —respondió Dev, notando cómo la atmósfera se había vuelto tensa.
—Es sobre el bebé. Necesitamos hablar de lo que esto significa para nosotros —dijo Tammy, trenzando sus manos nerviosamente.
Dev sintió que su corazón se aceleraba. No era la conversación que esperaba tener, pero sabía que era importante.
—Sí, lo sé. He estado pensando en eso. Es complicado —dijo Dev, sintiendo el peso de la realidad aplastarle el pecho.
—Complicado no es la palabra adecuada, Dev. Esto cambiará nuestras vidas. Quiero ser honesta contigo. No quiero que nuestro bebé crezca en un ambiente de incertidumbre —dijo Tammy, buscando claridad en sus ojos.
Dev se sintió atrapado. Quería hacer lo correcto por Tammy y el bebé, pero no podía dejar de pensar en Hazel. La confusión lo consumía.
—¿Qué sugieres? —preguntó Dev, sintiéndose a la defensiva.
—Quiero que pensemos en nuestra relación. Si vamos a ser padres, necesitamos estar seguros de que podemos estar juntos —dijo Tammy, su voz firme—. No quiero ser la segunda opción en tu vida, Dev.
Dev sintió que el aire se le escapaba de los pulmones. Sabía que Tammy merecía más que eso. Se sentó en la silla frente a ella y tomó una profunda respiración.
—No puedo prometerte eso. Estoy lidiando con muchas cosas en este momento, y no quiero hacerte daño —dijo, sintiéndose impotente.
Tammy lo miró con tristeza.
—Lo entiendo, pero debemos encontrar un camino, Dev. No podemos seguir en este limbo.
Dev sabía que tenía que hacer una elección, pero las emociones lo abrumaban. Las palabras de Tammy resonaban en su mente, y sabía que debía responder, pero su corazón estaba dividido entre dos mujeres que lo necesitaban de maneras diferentes.
—Déjame pensar en todo esto —dijo finalmente, sintiendo que era la única respuesta que podía dar en ese momento.
Tammy asintió, aunque sus ojos revelaban la decepción. Sabía que las decisiones que debían tomar no serían fáciles, y lo que vendría a continuación podría cambiar todo para ellos.
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Mientras tanto, Hazel había regresado a casa, sintiéndose más confundida que nunca. La conversación con Dev le había dejado un nudo en el estómago, y la idea de enfrentarse a Jenkins la aterrorizaba. Sabía que no podía huir de la verdad, pero su corazón aún le decía que había algo especial entre ella y Dev que no podía ignorar.
Al llegar a su habitación, se sentó en la cama y respiró hondo. Los pensamientos sobre su relación con Jenkins y el bebé que esperaba con Dev la atormentaban. Sabía que no podía escapar de su realidad, pero también sabía que necesitaba aclarar sus sentimientos.
—¿Qué voy a hacer? —se preguntó a sí misma, sintiendo las lágrimas asomarse una vez más.
El camino por delante estaba lleno de incertidumbre, pero Hazel sabía que debía enfrentarlo con valentía, no solo por ella misma, sino también por el futuro que estaba a punto de construir.
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el amor Secreto de Dev "Magia en el Destino: El Corazón de Dev y Hazel"
CasualeDev el nieto de Doug Dimmadone se enamora de una compañera de clase que acaba de mudarse a la ciudad