DECISIONES IMPOSIBLES

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Hazel se despertó la mañana siguiente con una sensación de vacío. La conversación con Jenkins aún resonaba en su cabeza. No había vuelto a casa después de haber salido la noche anterior, y Hazel no estaba segura de si lo haría pronto. Sabía que lo había lastimado profundamente, pero la culpa no era lo único que la atormentaba. La incertidumbre acerca del embarazo seguía presente, como una sombra que no podía ignorar.

Decidió que ya no podía continuar en ese estado de incertidumbre. Sabía que debía tomar decisiones y afrontar la realidad, pero el miedo a perder tanto a Dev como a Jenkins la paralizaba. Las cosas ya no podían seguir como estaban. Había dos hombres en su vida, y ahora, un futuro por el que ninguno de ellos estaba preparado.

Hazel se tomó la mañana para pensar, paseando por la ciudad mientras intentaba ordenar sus pensamientos. Sabía que la situación con Jenkins no podría mantenerse en pausa para siempre. Tendría que confrontar lo que sentía por él y, al mismo tiempo, decidir qué papel jugaría Dev en todo esto. Pensaba en él más de lo que le gustaría admitir.

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Dev, por su parte, estaba lidiando con sus propios demonios. Después de lo que había sucedido con Tammy, sentía que todo a su alrededor estaba cayendo en picada. Tammy estaba embarazada, y aunque lo había tomado con calma, Dev sabía que eso no duraría para siempre. Por otro lado, estaba Hazel. Su relación con ella era más complicada que nunca, y ahora que ella también esperaba un hijo, todo se había vuelto aún más confuso.

La mañana pasó como una neblina para Dev, quien decidió hacer una visita a Tammy. Sabía que debía apoyarla y, de alguna manera, asumir su responsabilidad. Cuando llegó, Tammy lo recibió con una sonrisa, aunque había una tensión en sus ojos que delataba lo mucho que estaba en juego.

—Dev, me alegra que estés aquí —dijo Tammy mientras le ofrecía una taza de café—. Tenemos que empezar a planear cómo vamos a hacer esto. No podemos seguir ignorando la realidad.

Dev asintió, aunque una parte de él estaba distraída, pensando en Hazel. Sabía que no podía permitir que su mente divagara, no en este momento, pero la confusión no lo dejaba en paz.

—Tienes razón —respondió, tomando un sorbo de café—. Lo siento, Tammy. He estado distante. Es solo que... todo esto ha sido abrumador. No sé por dónde empezar.

Tammy lo miró con una mezcla de comprensión y preocupación.

—Lo sé, Dev. Y sé que esto no es fácil para ninguno de los dos. Pero lo resolveremos, sea lo que sea. Estoy aquí para ti, y quiero que estemos en esto juntos.

Dev la miró, agradecido por su apoyo, pero no pudo evitar sentir que aún había algo más que necesitaba resolver. La conversación no podía continuar, ya que su teléfono vibró en su bolsillo. Cuando lo sacó, vio el nombre de Hazel en la pantalla.

—Tengo que contestar esto —dijo Dev, mirando a Tammy, quien asintió en silencio.

Dev se apartó y contestó la llamada.

—¿Hazel? ¿Qué pasa? —preguntó, sabiendo que cualquier llamada de ella en ese momento traería más complicaciones.

—Dev, tenemos que hablar —dijo Hazel, su voz sonaba tensa, cargada de emociones contenidas—. No puedo seguir así. Necesito verte.

Dev sintió que su estómago se revolvía. Sabía que había estado evitando esta conversación, pero no podía seguir huyendo de la situación.

—Está bien. Nos vemos en el parque de siempre en una hora —respondió, sabiendo que no tenía otra opción.

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Una hora después, Dev y Hazel estaban sentados en el banco del parque donde tantas veces habían compartido momentos complicados en el pasado. Esta vez, sin embargo, el aire entre ellos estaba más cargado que nunca.

—No sé por dónde empezar —dijo Hazel, mirando hacia el suelo, incapaz de enfrentar la mirada de Dev directamente.

—Hazel, yo tampoco —respondió Dev, aunque sabía que, tarde o temprano, tendrían que abordar lo inevitable.

Hazel respiró hondo, levantando finalmente la mirada hacia él.

—No sé quién es el padre, Dev. Y eso me está volviendo loca. Jenkins está furioso conmigo, y no lo culpo. Pero tampoco puedo sacarte de mi cabeza. No puedo seguir dividiéndome entre ustedes dos. Esto no es justo para ninguno —dijo con lágrimas en los ojos.

Dev sintió un nudo formarse en su garganta. Sabía que las palabras que saldrían de su boca en ese momento cambiarían todo, y tenía que decidir si seguir siendo parte de este caos o dar un paso atrás.

—Hazel, no sé qué va a pasar. Estoy tan perdido como tú. Pero sé que no quiero perderte —dijo Dev, su voz baja pero cargada de sinceridad.

—Pero... Tammy también está embarazada —replicó Hazel, su voz quebrándose—. No podemos ignorar eso.

—Lo sé —respondió Dev, sintiendo el peso de la verdad sobre él—. Pero no puedo fingir que no siento lo que siento por ti. Esto es una pesadilla, pero tú y yo tenemos algo... algo que siempre ha estado ahí.

Hazel se quedó en silencio, las palabras de Dev retumbando en su cabeza. Sabía que tenía razón, pero también sabía que lo que estaba en juego iba más allá de sus sentimientos. Estaba el bebé, el futuro incierto, Jenkins, Tammy... todo era demasiado.

—Dev, no sé si puedo hacer esto —dijo finalmente, con lágrimas cayendo por sus mejillas—. No sé si puedo seguir adelante sabiendo todo lo que hemos hecho, todo lo que está en riesgo.

Dev se acercó y la tomó de las manos, tratando de ofrecerle algo de consuelo.

—No tienes que decidir todo ahora, Hazel. Pero lo que decidas, estaré aquí para ti. Pase lo que pase, no te dejaré sola en esto.

Hazel lo miró a los ojos, sintiendo una mezcla de alivio y culpa. Sabía que amaba a Dev, pero también sabía que la situación era insostenible.

—Gracias, Dev. Pero también sé que tenemos que enfrentar la realidad —dijo ella, soltando suavemente sus manos—. No podemos seguir escondiéndonos de todo esto.

Ambos se quedaron en silencio, sabiendo que, aunque ese momento les ofrecía una pequeña tregua, la tormenta aún no había pasado. Tendrían que tomar decisiones difíciles, y cada paso que dieran podría cambiar sus vidas para siempre.

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Mientras tanto, Tammy, en su casa, empezó a notar una sensación extraña en su cuerpo. Se llevó una mano al estómago, sintiendo una pequeña punzada de dolor. Algo no estaba bien.

el amor Secreto de Dev "Magia en el Destino: El Corazón de Dev y Hazel"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora