Hazel apenas había dado unos pasos cuando sintió una mano cerrarse con fuerza alrededor de su muñeca. El calor de ese contacto fue suficiente para detenerla en seco, haciendo que el ritmo frenético de su corazón se intensificara. Giró lentamente la cabeza y sus ojos se encontraron con los de Dev. Durante un segundo, el mundo pareció detenerse.
Había algo en su mirada, algo diferente, una intensidad que no había visto en mucho tiempo. Ya no era el Dev arrogante, el que siempre tenía una respuesta mordaz en la punta de la lengua o una sonrisa altanera en el rostro. No, lo que vio en él esta vez fue vulnerabilidad, una mezcla de desesperación y arrepentimiento.
—No te vayas... —susurró Dev, su voz baja y cargada de emoción. No era una orden, ni una petición, sino algo entre ambos. Un ruego silencioso, como si supiera que esta vez no podía dejar que ella se alejara.
Hazel lo miró, su propio corazón latiendo con fuerza, y durante un momento no supo qué decir. Había estado lista para irse, para dejarlo atrás y seguir adelante con su vida, pero ahora, en ese instante, todo parecía cambiar. Ese contacto, esa simple mano aferrándose a la suya, despertaba emociones que había tratado de enterrar durante tanto tiempo.
—Dev... —comenzó a decir, pero las palabras murieron en sus labios.
Los ojos de Dev nunca se apartaron de los suyos. Hazel vio la duda en ellos, pero también una determinación renovada. Era como si algo dentro de él hubiera cambiado, como si finalmente estuviera dispuesto a ser honesto consigo mismo y con ella. Sabía que no podía seguir escondiéndose detrás de su arrogancia.
Hazel sintió que el mundo alrededor de ellos desaparecía. Los murmullos distantes de los estudiantes, el bullicio del patio de la escuela, todo se desvaneció. Todo lo que quedaba era Dev, su mano firme sobre la de ella, y el peso de lo que no se había dicho entre ellos durante tanto tiempo.
Hazel no lo pensó más. Dejó que el impulso la guiara, girándose por completo hacia Dev. Y antes de que pudiera detenerse, sus labios encontraron en los de él. El beso fue suave al principio, casi temeroso, pero pronto se llenó de la pasión contenida que ambos habían reprimido durante años.
El tiempo pareció detenerse mientras Dev respondía al beso, soltando su mano solo para enredar los dedos en el cabello de Hazel, acercándola más a él. Era como si ambos estuvieran liberando todo lo que habían estado guardando, todos los sentimientos no expresados, las dudas, los miedos y, sobre todo, el amor que había estado siempre entre ellos, aunque nunca lo hubieran reconocido del todo.
Hazel sintió una oleada de emociones recorrer su cuerpo, desde la cabeza hasta los pies. El beso no solo era una liberación, era una promesa, una reconciliación silenciosa de todo lo que había estado mal entre ellos. Por primera vez en mucho tiempo, todo parecía estar en su lugar. Dev, el chico que siempre había estado en su vida, su mejor amigo y confidente, ahora se estaba mostrando ante ella de una manera que nunca lo había hecho antes.
Cuando finalmente se separaron, ambos estaban sin aliento. Hazel lo miró, buscando en su rostro alguna señal de arrepentimiento, pero no encontró nada más que sinceridad. Dev estaba diferente. Se sentía diferente.
—Hazel... —murmuró él, con la voz algo ronca. —Lo siento. Siento todo lo que pasó, lo que dije... No sé qué hacer sin ti, y no puedo seguir actuando como si no me importara. Tú eres lo más importante para mí, siempre lo has sido.
Las palabras de Dev golpearon a Hazel con fuerza, y aunque en cualquier otro momento hubiera dudado de sus intenciones, esta vez sabía que era sincero. Podía verlo en sus ojos, sentirlo en la manera en que la había sostenido durante el beso. Él realmente estaba cambiando, y eso le dio esperanza.
—Dev... —dijo Hazel suavemente, su mano todavía en la suya. —Yo también lo siento. No sabía qué hacer, y todo se volvió tan confuso. Pero... esto... nosotros... —Se interrumpió, sintiéndose abrumada por las emociones.
Dev apretó suavemente su mano, como si con ese gesto quisiera transmitirle todo lo que sentía, lo que no podía poner en palabras.
—Hazel, no quiero que esto termine aquí. No quiero que te alejes más. Quiero que lo intentemos, que intentemos ser algo más que lo que hemos sido hasta ahora —dijo Dev con una franqueza que pocas veces había mostrado.
Hazel lo miró, sus emociones aún en conflicto. Por un lado, sentía que este era el momento que había estado esperando durante tanto tiempo, pero por otro, sabía que no sería fácil. Estaba con Jenkins ahora, y aunque sus sentimientos por él no eran tan intensos como los que siempre había tenido por Dev, también sabía que no podía simplemente dejarlo sin más.
—Dev, yo... estoy con Jenkins ahora —confesó finalmente, sintiendo que las palabras la desgarraban por dentro. —No puedo hacerle esto. No puedo simplemente dejarlo porque tú y yo... porque nosotros...
Dev asintió, su expresión cambiando a una mezcla de dolor y comprensión.
—Lo sé. No estoy pidiéndote que lo dejes. Solo quiero que sepas cómo me siento. No quiero que sigas pensando que no me importa o que no vales la pena. Porque lo haces, Hazel. Tú siempre lo has hecho.
Hazel sintió que las lágrimas amenazaban con brotar de sus ojos, pero las contuvo. Sabía que tendría que enfrentarse a Jenkins y a sus propios sentimientos antes de poder tomar cualquier decisión.
—Dev, yo también te quiero. Siempre lo he hecho. Pero esto no es tan simple. Necesito tiempo para pensar, para aclarar lo que siento por Jenkins y lo que quiero. —dijo Hazel, sintiéndose atrapada entre dos mundos.
Dev la miró en silencio por un momento antes de asentir.
—Tómate el tiempo que necesites, Hazel. Solo quiero que sepas que estaré aquí, esperando, cuando estés lista.
Hazel asintió, agradecida por sus palabras. Y con eso, ambos supieron que, aunque había mucho por resolver, habían dado el primer paso para enfrentarse a lo que realmente sentían el uno por el otro.
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el amor Secreto de Dev "Magia en el Destino: El Corazón de Dev y Hazel"
De TodoDev el nieto de Doug Dimmadone se enamora de una compañera de clase que acaba de mudarse a la ciudad