Manipulador...
Nos fuimos a casa, yo primero pasé a dejar a mi abuela, que quería volver a su casa para ver sus novelas, solo fue una excusa para pasar mas tiempo juntas, necesitaba contarle lo de Roberto.
— No sabes disimular, te ha cambiado la cara desde que volviste del baño. ¿Te ha pasado algo con el profe?
— No, estaba deseando que me lo preguntaras para contártelo — dije mirándola con los ojos llorosos.
— No soporto verte así, cariño y mucho menos por un hombre— me acarició el muslo para consolarme.
— Me ha hablado Roberto, mi amigo, ya sabes...
— Sí, el que está enamorado de ti, ¿no?
— Ese — hice una pausa. — Me ha preguntado si tengo algo con Rubén.
— ¿Se conocen?
— Resulta que sí, son amigos del gimnasio — le conté lo que pasó en la casa de Roberto mientras ella abría cada vez más los ojos.
— O sea — se quedó pensando. — Se cree que tiene derecho a preguntarte eso, ¿por qué?
— Según me dijo Rubén, habla de mi como si nos fuéramos a casar.
— Se nota que no está bien de la cabeza, nunca le has dado pie a nada, además no se puede enfadar contigo ni con el profe por lo que pase entre vosotros, tu no eres de su propiedad.
— Tu no le conoces, abuela. Es muy rencoroso y siempre consigue lo que quiere, pero en este caso como no puede... arrastrará a Rubén con él si se entera que estamos juntos, le hará sentir mal y al final conseguirá que me deje — dije segura de mis palabras.
— Eso es muy retorcido por su parte — a mi también me lo parecía, pero le conocía demasiado bien, le he visto conseguir todo lo que se ha propuesto y yo solo era un escalón que no conseguía subir.
— Lo sé, pero siempre le he apreciado por la amistad que nos une, no quiero que sufra, pero esto es demasiado, no se como hacerle ver que no es nadie para preguntarme esas cosas.
— Te recuerdo que no tienes porque hacer feliz a todo el mundo, lo sabes, ¿verdad? Por lo que se de él es un chico listo, pero para esto necesita ayuda, ¿por qué no hablas con su hermano? — me apretó el muslo a modo de consuelo
—¿Con Carlos? No se si funcionará, es su hermano, se pondrá de su parte seguro.
— Esto no es cuestión de estar de parte de nadie, sino de ponerle límites a esa persona, y va siendo hora de que lo hagas, cariño — dijo mi abuela y yo sabía que tenía razón, pero con Carlos no iba a funcionar, aunque me quería por todos los años de amistad, su hermano era su hermano y contra eso no se puede competir.
— No creo que hablar con Carlos sea una buena idea, solucionaré esto, te lo prometo, pero primero tengo que hablar con Rubén, al fin y al cabo Roberto es su amigo, tendrá algo que decir.
— ¿Crees que te puede dejar por esto?
— Pues espero que no, abuela.Llegamos a su casa, esta vez en silencio, y le acompañé dentro, mi abuela aún estaba asimilando toda la información que le acababa de dar. Sabía que no iba a ser fácil para ella entender esto, ella siempre lo comparaba con su época y cuando estabas con un chico, los demás ni se acercaban, aunque han pasado mucho años y las generaciones hemos evolucionado, ahora si tienes novio lo mas seguro es que otros quieran ir a por ti a muerte, la ley del más fuerte, en este caso, la ley del más hombre o la ley de a ver quien la tiene más grande.
Entramos del brazo y nos recibió el perro de mi abuela, Canela. Se puso eufórica al ver a mi abuela y eso que tenía una casa enorme para ella sola.
— Hola preciosa — dijo mi abuela agachándose para acariciarla. — ¿Te apetece tomar algo? — Me preguntó.
— No, me voy a ir ya, quiero ver a mi profe — dije con una media sonrisa.
— No quiero que nadie nunca te borre la sonrisa, o si no voy a tener que sacar mis armas de abuela — solté una carcajada. Cuídate mucho y escríbeme cuando llegues, mándame mas muñecos de esos que se mueven, eh, que son muy graciosos — dijo haciendo un bailecito. No pude contener la risa.
— Te quiero mucho abuela, te prometo que un finde me quedo contigo y cotilleamos de todo.
— Ya sabes que los findes de verano, la mayoría, estoy de viaje con los viejos — ella siempre tan directa.
— El finde que no te vayas, me lo dices y me vengo aquí contigo.
— Vale, mi niña, lleva cuidado por el camino que hay mucho loco.
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Todos los caminos que elegí
Romance¿Cuántas veces te has enamorado? ¿Existe el amor para toda la vida? ¿Cómo sabes que estás enamorada de verdad? Esas son las preguntas que se hace Alex, una joven abogada y futura policía. Su vida se verá envuelta en diferentes cambios cuando en su c...