Aquel encuentro...
Planeamos como marcharnos de ahí sin levantar sospechas antes de bajar después de desaparecer un buen rato. Cuando llegamos, los cuatro estaban casi dormidos en el sofá, menos Irene que estaba con el móvil, aunque con una cara de sueño y borracha digna de unas risas. (Pero no ahora no estaba para eso, ni para eso ni para nada que no fuera estar en los brazos de Rubén)
— Habéis tardado tanto que se han dormido — me miró con una sonrisa pícara. Sabía que algo había pasado, su mirada lo decía todo.
— No encontrábamos la bolsa de patatas — dije aun sabiendo que no me iba a creer.
— Ya, ya, claro — dijo dejándose caer sobre el reposabrazos del sofá. — Yo voy a dormir, no hagáis mucho ruido, gemid en silencio. (Dijo la muy asquerosa sacándome los colores)
Miré a Rubén que me sonrió mientras me cogía de la mano.
— Creo que no vamos a tener que poner ninguna excusa — tiró de mi con fuerza y me arrastró hacia la puerta. — Sígueme con tu coche — me volvió a besar, pero esta vez el beso era diferente, sabía a cariño y felicidad. Me quedé unos segundos admirando esa boca que acababa de devorarme, como me sonreía, como sin decir nada, gritaba deseo, el mismo que yo sentía por él. Nos montamos y nos pusimos en marcha, vivía en el mismo pueblo que yo, pero en la zona residencial, cerca del campo del golf. Era una zona preciosa, con zonas verdes, piscina y hasta seguridad privada.
Llegamos y me indicó donde podía dejar el coche. Era como una mini ciudad, no se veía a nadie, era normal, era demasiado tarde o demasiado temprano, según el punto de vista de cada uno.Me encontré con él en la puerta del edificio, abrió y le seguí hasta el ascensor. Una vez cerradas las puertas, me empujó sobre el espejo y se lanzó sobre mis labios. Me levantó la falda y empujó su pelvis contra mi entrepierna. Le quité los botones del pantalón y le bajé la cremallera, metí la mano y toqué su polla perfectamente dura, dispuesta a darme placer.
Quise sacarla y que follara ahí mismo, pero me frenó.— Aguanta, solo estamos a unos metros de mi casa — las puertas se abrieron y nos dirigimos a la puerta de la entrada, Rubén abrió y me arrastró dentro, le dio una patada a la puerta y la cerró de un portazo. (No podía controlar lo que sentía, joder, ¿qué me estaba pasando? A parte de estar cachonda, muy muy cachonda y muy muy mojada)
Me tomó en sus brazos y me llevó hasta su habitación. Me lanzó a la cama y él se colocó encima de mi. Me comió a besos y bajó hasta mi cuello, donde pasó su lengua y sus dientes haciéndome estremecer de placer.
Levantó mi camiseta, dejando mis pechos al aire y luego me incorporé para que la pasara por mi cabeza, yo hice lo mismo con la suya, lanzándola contra una de las paredes de la habitación.
Analicé cada centímetro de su piel, de sus músculos fornidos. Pasé mis dedos suavemente por su pecho bajando por su abdomen hasta el pantalón, tiré de el sacándolo por sus pies, luego hice lo mismo con sus bóxers, dejando su perfecta polla a la vista. Era enorme y gruesa, la agarré con fuerza y empecé a masturbarle despacio. Me dejó completamente desnuda, arqueé la cadera en busca de su miembro, pero me negó.— Sh, no corras. Tenemos todo el tiempo del mundo, además quiero hacértelo muy despacio, quiero disfrutar cada segundo que pasemos juntos— me acarició el pelo y se separó. — Así quería tenerte — me observó y finalmente clavó su mirada en mis pechos. Los acarició y agarró, mientras hundía su boca en mi cuello besando la zona sensible de entre la oreja y la clavícula, pasó sus dedos por mis pezones pellizcando uno de ellos. Me retorcí de placer.
Bajó su lengua hasta ellos lamiéndolos y mordiéndolos. Fue un placer exquisito. (Puede convertirse en la peor droga y más adicta del mercado) No quería que me soltara nunca, no quería salir de ahí, quería que el tiempo se parara y estar todas las horas posibles con él, besándolo, tocándolo, me sentía tan segura en sus brazos. (La verdad nunca me imaginé en un sitio mejor)
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Todos los caminos que elegí
Romansa¿Cuántas veces te has enamorado? ¿Existe el amor para toda la vida? ¿Cómo sabes que estás enamorada de verdad? Esas son las preguntas que se hace Alex, una joven abogada y futura policía. Su vida se verá envuelta en diferentes cambios cuando en su c...