Capítulo 4

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Jake

El motor de mi auto emite un sonido irregular mientras conduzco por las calles de la ciudad, y un par de luces de advertencia han estado parpadeando en el tablero desde hace unos días. Tyler me mencionó un taller mecánico no muy lejos de aquí, un lugar pequeño pero confiable, según él. Aunque me resistí al principio, sabiendo lo costosas que pueden ser las reparaciones, al final decidí que era mejor no arriesgarme a que el coche me dejara tirado en mitad de la nada.

El taller se encuentra en una esquina discreta, con un cartel algo desgastado que dice "Mecánica Robinson". No es el tipo de lugar que llamarías acogedor, pero parece funcional, que es lo importante. Me estaciono frente a la entrada y me quedo unos segundos en el auto, escuchando el ritmo inestable del motor antes de finalmente apagarlo. Me bajo y camino hacia la entrada, sintiendo el aire fresco del día acariciando mi rostro.

Empujo la puerta de metal y el sonido de herramientas golpeando y el murmullo de voces me reciben. Dentro, el lugar es un caos organizado: repuestos de autos apilados en estanterías, cajas de herramientas por todos lados, y el aroma penetrante de aceite y gasolina.

—Hola, ¿puedo ayudarte en algo? —Una voz femenina me hace girar la cabeza.

Frente a mí está una chica de estatura media, probablemente de mi edad, con el cabello oscuro recogido en una coleta alta que deja al descubierto un rostro con rasgos afilados pero atractivos. Sus ojos son de un azul intenso que contrastan con su piel clara, y viste un overol manchado de grasa, claramente cómoda en su entorno.

—Sí, mi auto ha estado fallando desde hace unos días —respondo, señalando hacia el coche estacionado afuera—. Tyler me recomendó este lugar. Me dijo que aquí podrían ayudarme.

—Ah, Tyler —dice la chica con una sonrisa, como si el nombre le resultara familiar—. Soy Lyra, la hija del dueño. Puedo echarle un vistazo si quieres.

—Jake —me presento, estrechando su mano que se siente firme y segura—. ¿Está tu padre por aquí? Me gustaría hablar con él sobre lo que le sucede al auto.

—Mi papá, Charlie, salió hace un rato a buscar unas piezas. No creo que tarde mucho, pero mientras tanto puedo llamarle a alguien que te ayude —dice, mirando hacia la parte trasera del taller—. El aprendiz de mi padre ha estado trabajando aquí un buen tiempo, y es bastante hábil. ¿Está bien si lo llamo?

—Claro, está bien —acepto, aunque preferiría que el dueño del taller revisara el auto.

Lyra asiente y desaparece detrás de una puerta metálica mientras yo me quedo en medio del taller, rodeado de herramientas y piezas que no reconozco. Saco mi teléfono del bolsillo para distraerme, y noto que tengo una llamada perdida de Emma. Justo cuando estoy a punto de devolver la llamada, el teléfono suena de nuevo.

—¿Dónde estás? —pregunta Emma, casi sin darme tiempo a decir "hola".

—Estoy en un taller mecánico que Tyler me recomendó —respondo, caminando hacia la puerta para ver el auto—. El coche ha estado dando problemas y pensé que era mejor revisarlo antes de que empeore.

—¿Oh, es el de los Robinson? —pregunta Emma, con un tono más relajado—. He escuchado que son buenos.

—Sí, aquí estoy —digo, sintiendo la brisa al abrir la puerta y mirar el coche desde la distancia.

—Bueno, de todas maneras te llamaba para decirte que Sebastian nos ha invitado a una fogata en el bosque esta noche. Va a ser divertido, ¿te apuntas?

Suspiro, sabiendo que Emma ha estado presionando para que me acerque más a Sebastian desde que lo conocí. No es que Sebastian sea desagradable, al contrario, parece un tipo genial, pero después de todo lo que pasó con Alex, no estoy muy entusiasmado en meterme en algo nuevo tan pronto.

Chico Malo, Corazón RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora