Jake
Los días previos a Navidad, Alex, Emma y yo nos trasladamos a la casa de mi padre, Aidan, para pasar las festividades juntos. Desde el primer momento, la atmósfera es cálida y acogedora, y me siento agradecido de que, a pesar de todo lo que ha sucedido, estemos aquí, juntos como una familia.
Aidan ha hecho todo lo posible para que nuestra estancia sea especial. La casa está decorada con un árbol de Navidad enorme, adornado con luces y decoraciones que parecen contar historias de años pasados. Hay guirnaldas por todas partes, y el aroma de las galletas recién horneadas llena cada rincón.
Emma está radiante. Verla tan feliz con Tristán, su nuevo novio, me llena de alegría. Los dos pasan mucho tiempo juntos, compartiendo miradas cómplices y sonrisas que dicen más de lo que las palabras podrían. Katherine, por su parte, está encantada de ver a su hijo y a su hijastra felices. Todos los días se levanta temprano para hornear galletas para todos, una tradición que ha adoptado con entusiasmo y que ha llenado la casa de un cálido aroma a canela y jengibre.
Por su parte, Aidan parece haberse integrado perfectamente en esta nueva dinámica familiar. Él y Alex se llevan de maravilla, algo que me alivia y me llena de felicidad. Ver a mi padre y a mi novio llevándose tan bien me da una sensación de paz que no puedo describir con palabras.
—Es increíble ver cómo se han unido todos tan rápidamente —me dice Aidan una noche mientras observamos a Emma y Tristán decorando unas galletas con glaseado—. Me siento muy afortunado de tenerlos a todos aquí, y más aún de que te hayas encontrado con alguien tan maravilloso como Alex.
—Gracias, papá —respondo, sonriendo con gratitud—. Yo también me siento muy afortunado de tenerlo en mi vida.
La Navidad finalmente llega, y con ella, la cena que hemos estado esperando. La mesa está llena de platillos deliciosos, y el ambiente está cargado de risas y conversaciones animadas. Hay una sensación de plenitud, de que todo está en su lugar, al menos por esta noche.
Cuando el reloj marca las doce, todos nos levantamos de la mesa y nos abrazamos, compartiendo el espíritu de la Navidad. Siento a Alex a mi lado, y sin pensarlo, me inclino para besarlo, un beso lleno de amor y gratitud. A nuestro lado, Tristán hace lo mismo con Emma, y Katherine, al verlos, se emociona hasta las lágrimas.
—Esta es la mejor Navidad que he tenido en años —dice Katherine, su voz temblando ligeramente mientras se seca las lágrimas—. Verlos a todos tan felices es todo lo que podría haber deseado.
Nos abrazamos todos juntos, rodeados por el calor de la familia y el amor que compartimos. Esta Navidad, más que nunca, siento que he encontrado un hogar, no solo en esta casa, sino en las personas que están a mi lado. Y mientras me aferro a Alex, sé que, pase lo que pase, siempre tendremos este momento, este hogar que hemos creado juntos.
Después de la cena de Navidad, mientras todos aún están dentro de la casa disfrutando del calor acogedor del hogar, Alex y yo decidimos salir al jardín trasero para disfrutar un momento a solas. La nieve cubre el césped como una manta blanca y suave, y el frío de la noche nos envuelve, pero no me importa. Lo único que siento es la calidez que emana de la presencia de Alex a mi lado.
Nos detenemos bajo un árbol iluminado por pequeñas luces que cuelgan de las ramas, dándole un brillo mágico al paisaje. El aire está lleno de esa energía especial que solo la Navidad puede traer, y me siento increíblemente feliz de estar aquí con él.
—Tengo algo para ti —le digo, sintiendo un ligero cosquilleo en el estómago mientras busco en mi bolsillo.
Alex me mira con curiosidad, una pequeña sonrisa asomando en sus labios. Saco una pequeña caja de terciopelo azul y se la entrego. Él la abre con cuidado, y sus ojos brillan al ver el colgante plateado en su interior. Lo saca de la caja y lo gira entre sus dedos, observando la pequeña foto de nosotros dos que está en su interior.
—Es precioso, Jake —dice con una voz suave, llena de emoción—. Es el mejor regalo de todos.
—Quería que tuvieras algo que te recordara que siempre estoy contigo —le respondo, sintiendo cómo mi corazón se acelera al verlo tan feliz.
Alex sonríe y se inclina para besarme con ternura. Siento su amor en ese beso, y todo lo demás parece desvanecerse por un momento. Cuando se separa, me abraza con fuerza, como si no quisiera soltarme nunca. Pero luego, me sorprende cuando mete la mano en el bolsillo de su pantalón.
—Yo también tengo algo para ti —dice, su voz temblando ligeramente, y mi corazón late con más fuerza al notar el nerviosismo en su tono.
Saca una pequeña caja, similar a la que yo le di, pero esta vez es de un color rojo profundo. La abre frente a mí, y dentro veo un anillo de plata con un diseño simple, pero elegante. Antes de que pueda decir algo, Alex se arrodilla frente a mí, manteniendo la caja abierta en una mano.
—Jake... —empieza, y veo cómo sus ojos se llenan de emoción—. Sé que quizás no es el mejor momento, y sé que todavía tienes mucho por delante... pero no quiero esperar más para decirte esto. Quiero pasar el resto de mi vida contigo. Quiero construir un futuro juntos, formar una familia... —Hace una pausa, sus ojos buscando los míos—. Jake, ¿te casarías conmigo? Prometo esperar hasta que termines la universidad, no hay prisa... pero quiero que sepas que mi respuesta siempre será "sí".
Mis ojos se llenan de lágrimas y mi corazón parece que va a estallar de felicidad. Nunca pensé que este momento llegaría tan pronto, pero aquí estamos, y todo lo que siento es una inmensa gratitud y amor por este hombre que me ha dado tanto.
—Sí... —logro decir entre lágrimas—. ¡Sí, Alex, me casaré contigo! No puedo imaginar mi vida sin ti.
Alex se levanta y me coloca el anillo en el dedo con manos temblorosas. Luego, me besa de nuevo, esta vez con una pasión que solo crece con cada segundo. No quiero que este momento termine nunca. Nos abrazamos con fuerza, sabiendo que estamos empezando un nuevo capítulo en nuestra vida juntos.
En ese instante, escucho voces detrás de nosotros. Nos giramos y vemos a Katherine, mi padre, Emma y Tristán saliendo de la casa, todos con sonrisas de complicidad en sus rostros. Katherine es la primera en correr hacia nosotros, y prácticamente se lanza sobre Alex y sobre mí, abrazándonos a ambos al mismo tiempo.
—¡Oh, Dios mío! ¡Esto es increíble! —exclama con una energía desbordante—. ¡Estoy tan feliz por ustedes dos! ¡Esto es un sueño hecho realidad!
Aidan se acerca con una sonrisa orgullosa, y Emma y Tristan no pueden ocultar su emoción. Emma tiene lágrimas en los ojos mientras me abraza, y Tristan asiente en señal de aprobación hacia Alex.
—¿Ya tienen alguna idea de cuándo quieren hacerlo? —pregunta Katherine, sin perder ni un segundo—. ¡Porque yo podría empezar a planearlo todo ahora mismo! ¡Va a ser la boda del siglo!
—Kate... —dice Alex, tratando de mantener la calma—. Aún falta tiempo. Jake tiene que terminar la universidad primero. No hay prisa.
—¡Eso no importa! —insiste Katherine, dando vueltas emocionada—. ¡Hay tanto que hacer, tantos detalles! ¡Voy a empezar a organizar todo desde ya!
No puedo evitar reírme de su entusiasmo, y aunque sé que todavía falta tiempo, no me importa que Katherine esté tan emocionada. Es un momento feliz, y todos compartimos esa alegría.
Alex me mira y aprieta mi mano, sus ojos llenos de amor y promesas. Sé que, sin importar cuánto tiempo pase, estaré a su lado, listo para comenzar nuestra vida juntos. Este es solo el comienzo de nuestro "para siempre", y no puedo esperar para ver lo que nos depara el futuro.
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Chico Malo, Corazón Roto
RomanceHa pasado un año desde la dolorosa ruptura entre Jake y Alex. Desde entonces, Alex ha desaparecido de su vida, y Jake ha hecho todo lo posible por seguir adelante, sumergiéndose en sus estudios y buscando olvidar a quien alguna vez fue el amor de su...