Jake
Los meses han pasado volando, y sin darme cuenta, ya es octubre. El aire se ha vuelto fresco, y la ciudad se ha llenado de hojas secas que crujen bajo nuestros pies. La temporada de Halloween está en pleno apogeo, y Emma, como siempre, ha decidido organizar la fiesta del año junto con Aurora. Ambas han alquilado una vieja casa que según ellas tiene "la vibra perfecta para la ocasión".
Ahora estoy frente al espejo, ajustándome mi disfraz de vaquero. El sombrero, las botas y el chaleco de cuero completan el look. No es un disfraz muy complicado, pero siempre he preferido la simplicidad. Mientras termino de abrocharme el cinturón, escucho a Alex entrar en la habitación.
—Jake ¿Estás listo? —pregunta, su tono casual, pero hay un deje de diversión en su voz.
Me giro para responderle, y mis palabras se atascan en mi garganta. Alex está de pie frente a mí, vestido de vampiro, pero no de cualquier vampiro. Su atuendo es ajustado, negro y brillante, diseñado para resaltar cada músculo de su cuerpo. Un collar de cuero negro adorna su cuello, y sus colmillos falsos relucen cuando sonríe.
—¿Qué te parece? —pregunta, con una sonrisa traviesa.
—Tú... tú... —balbuceo, incapaz de encontrar las palabras adecuadas.
—¿Eso es todo lo que puedes decir? —se burla mientras da una vuelta para que vea el disfraz desde todos los ángulos.
—Estás... —finalmente logro articular— increíble.
Alex se ríe y se acerca a mí, sus movimientos llenos de confianza.
—Fue idea de Emma, claro —dice, y sé que es verdad. Conozco a mi hermana y su gusto por el drama y la sensualidad en estas festividades.
—Por supuesto que lo fue —respondo, todavía mirándolo con admiración.
Con nuestros disfraces finalmente listos, nos dirigimos al lugar de la fiesta. La casa que Emma y Aurora han alquilado es una mansión antigua y espeluznante, perfecta para la ocasión. Al llegar, nos encontramos con Tyler, que está vestido como un pirata, completo con un parche en el ojo y un sombrero enorme. Emma ha optado por un disfraz de bruja glamorosa, con un vestido negro y un sombrero puntiagudo adornado con lentejuelas. Aurora, por su parte, ha decidido disfrazarse de una diosa griega, con una túnica blanca y dorada que la hace parecer etérea.
Pero la mayor sorpresa de la noche llega cuando veo a Sebastian. También está disfrazado de vampiro, aunque su atuendo es más clásico, con una capa larga y un chaleco bordado. Por un segundo, me siento incómodo, pero antes de que pueda decir algo, Alex se acerca a mí y me rodea la cintura con un brazo, dejándole claro a todos, y especialmente a Sebastian, que soy suyo.
—Vaya ¿Se ha convertido esto en una competencia de vampiros? —digo en tono de broma, intentando aligerar el ambiente.
Sebastian sonríe de manera despreocupada, pero hay un destello en sus ojos que me hace pensar que esta "competencia" es más de lo que parece.
—No lo diría así, pero no me importaría competir un poco —responde, mirando a Alex de reojo.
La tensión entre ellos es palpable, pero con el tiempo, su rivalidad se ha convertido en algo más sano. Ambos saben que el otro está interesado en mí, pero han aprendido a respetar los límites y, sorprendentemente, a mantener una especie de tregua.
La fiesta avanza y, como era de esperar, las bromas y las risas se convierten en el centro de la noche. Emma y Aurora han decorado todo con calabazas, telarañas falsas, y luces tenues que parpadean en tonos naranja y morado. La música suena fuerte y las bebidas fluyen sin parar.
En algún momento, deciden hacer una competencia para ver quién puede beber más. Es Sebastian quien primero sugiere la idea, afirmando con confianza que nadie en la fiesta puede superarlo.
—¡Yo soy el rey de las fiestas! —exclama, alzando su copa en el aire.
—Eso ya lo veremos —responde Alex, con una sonrisa burlona. La chispa de competitividad brilla en sus ojos mientras se prepara para aceptar el reto.
—¿Estás seguro, Sebastian? —le pregunto, conociendo su tendencia a exagerar.
—Por supuesto —responde, decidido.
La competencia comienza, y para mi sorpresa, ambos se toman el desafío muy en serio. Las botellas se vacían rápidamente, y la multitud a su alrededor los anima. Tyler se une a las risas, mientras Emma y Aurora observan con una mezcla de preocupación y diversión.
—Creo que esto va a terminar mal —comenta Tyler, mientras toma un sorbo de su propio vaso.
—Definitivamente —coincide Emma, sacudiendo la cabeza.
Después de dos botellas de licor fuerte, ambos están visiblemente borrachos, pero lo más sorprendente es que en lugar de seguir rivalizando, han empezado a llevarse bien. Muy bien, de hecho.
—¿Sabes? Eres un buen tipo, Alex —dice Sebastian, con una voz arrastrada por el alcohol, apoyándose en el hombro de Alex.
—Y tú tampoco eres tan malo, Sebastian —responde Alex, dándole una palmada en la espalda.
Los demás, incluyéndome, no podemos evitar reírnos de la escena. Ver a estos dos, que hace unos meses no podían ni estar en la misma habitación sin tensarse, ahora riendo y abrazándose como viejos amigos, es surrealista y, a la vez, muy gracioso.
No puedo resistir la tentación de sacar mi teléfono y grabar un video. Será el material perfecto para burlarme de Alex cuando esté sobrio.
Finalmente, la noche comienza a terminar, y aunque todos estamos agotados, hay una sensación de satisfacción en el aire. La fiesta ha sido un éxito, y la tensión que alguna vez existió entre Alex y Sebastian parece haberse disuelto en el alcohol.
—Tendré que recordarte esto mañana —le digo a Alex mientras lo ayudo a salir de la casa. Su paso es inestable, pero tiene una sonrisa feliz en el rostro.
—Lo que sea, cariño —murmura, apoyándose en mí—. Estoy demasiado feliz ahora para preocuparme por eso.
De camino a casa, pienso en lo mucho que ha cambiado en tan poco tiempo. La vida es impredecible, pero en este momento, con Alex a mi lado, siento que puedo enfrentar cualquier cosa. Lo ayudo a entrar en el departamento, y mientras lo veo quedarse dormido en la cama, no puedo evitar sentirme agradecido por todo lo que tengo.
La noche ha sido un torbellino de emociones, risas, y momentos inesperados, pero lo que más me queda es la certeza de que, pase lo que pase, siempre tendremos estas noches para recordar y reírnos juntos.
Y mientras me acomodo a su lado, siento que el futuro que alguna vez me pareció incierto, ahora parece más brillante que nunca.
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Chico Malo, Corazón Roto
RomanceHa pasado un año desde la dolorosa ruptura entre Jake y Alex. Desde entonces, Alex ha desaparecido de su vida, y Jake ha hecho todo lo posible por seguir adelante, sumergiéndose en sus estudios y buscando olvidar a quien alguna vez fue el amor de su...