Jake
Desde esta mañana, algo no está bien. Cuando desperté, Alex no estaba a mi lado. La preocupación se instaló en mí casi de inmediato. Busqué en la casa, llamé a su teléfono, y cuando no obtuve respuesta, llamé a Aurora y Tyler, pero ellos no sabían nada de su paradero. La angustia creció a medida que pasaba el tiempo, y decidí ir al taller donde trabaja Alex, con la esperanza de encontrar alguna pista sobre dónde podría estar.
Al llegar al taller, me recibe Lyra, quien me dice que Alex le envió un mensaje temprano en la mañana diciendo que no iría a trabajar hoy, pero que ella no sabe nada más. Su respuesta solo aumentó mi preocupación. Siento que mi mente está corriendo a mil por hora, reviviendo los recuerdos de hace un año cuando Alex estaba involucrado en esas peleas clandestinas organizadas por Víctor. La idea de que pueda haberse metido en problemas nuevamente me aterra.
Con el corazón en la garganta, decido reunirme con Emma en una cafetería cercana para despejar mi mente y tal vez encontrar un poco de consuelo. Cuando me encuentro con ella, intento disimular mi ansiedad, pero es evidente que estoy perturbado.
—No te preocupes tanto, Jake —me dice Emma con una sonrisa tranquilizadora—. Alex sabe cuidarse solo. Seguro que está bien.
Aprecio su intento de calmarme, pero la inquietud sigue latente. No puedo evitar sentir que algo anda mal, que algo podría estar sucediendo que no estoy viendo.
—Lo sé, Emma —respondo, intentando mantener la calma—. Pero no puedo evitar preocuparme. A veces, los problemas parecen venir de la nada.
Emma me da un abrazo y me asegura que todo saldrá bien. Después de nuestra charla, nos despedimos, y la noche cae lentamente sobre la ciudad. Sigo buscando a Alex, revisando cada rincón, cada lugar donde podría haber ido. La ansiedad me consume, y el miedo a lo peor se apodera de mí.
Finalmente, exhausto y desalentado, regreso a casa. La preocupación me ha agotado, y el silencio en el departamento parece más pesado que nunca. Pero algo me detiene en seco cuando entro: el lugar está decorado con velas, flores y una cena romántica en la mesa. Mi corazón se acelera, y justo en ese momento, aparece Alex, con una sonrisa radiante en su rostro.
—¡Alex! —exclamo, aliviado y sorprendido al mismo tiempo—. ¡¿Dónde has estado?! Estaba preocupado por ti todo el día.
Alex se acerca, sus ojos brillando con una mezcla de disculpas y emoción.
—Lo siento, Jake —dice con un tono suave—. Quería darte una sorpresa. Sabía que estabas preocupado, pero no quería arruinar la sorpresa.
Mi corazón se llena de alivio al ver que está bien, aunque el peso de la preocupación aún está presente. Alex me toma de la mano y me lleva hacia la mesa, donde la cena está cuidadosamente preparada. La vela en el centro emite una luz cálida, y el ambiente es perfecto para una noche especial.
—¿Qué está pasando? —le pregunto, tratando de comprender la magnitud de la sorpresa.
Alex me mira con ternura y cariño.
—Quería hacer algo especial para ti, para mostrarte cuánto te aprecio y cuánto significas para mí. Sabía que estabas preocupado y quería que esta noche fuera sobre nosotros, para recordar lo que tenemos y lo lejos que hemos llegado juntos.
Mis ojos se llenan de lágrimas al escuchar sus palabras. La mezcla de emoción y alivio es abrumadora. Me siento agradecido y amado, y la preocupación del día se desvanece con cada palabra y cada gesto de Alex.
—Es una sorpresa maravillosa, Alex —le digo, abrazándolo con fuerza—. No sabes cuánto necesitaba esto.
Nos sentamos a la mesa, disfrutando de la cena y de la compañía del otro. Mientras conversamos y compartimos risas, me doy cuenta de que, a pesar de las preocupaciones y los miedos, lo que realmente importa es el amor y el apoyo que tenemos el uno al otro.
Después de la cena, mientras la noche avanza, Alex y yo nos acurrucamos en el sofá, sintiendo el calor de las velas y el amor que nos rodea. Agradezco cada momento de este día, incluso los que me han hecho temer lo peor. La sorpresa de Alex me ha recordado lo afortunado que soy de tenerlo en mi vida, y me hace mirar hacia el futuro con esperanza y optimismo.
—Gracias por esta noche, Alex —le digo, mirándolo a los ojos—. No hay nada que desee más que seguir compartiendo momentos como este contigo.
Alex sonríe y me besa con ternura, y mientras nos quedamos abrazados, me doy cuenta de que, a pesar de los desafíos, siempre encontraremos la manera de seguir adelante juntos, con amor y apoyo incondicional.
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Chico Malo, Corazón Roto
RomanceHa pasado un año desde la dolorosa ruptura entre Jake y Alex. Desde entonces, Alex ha desaparecido de su vida, y Jake ha hecho todo lo posible por seguir adelante, sumergiéndose en sus estudios y buscando olvidar a quien alguna vez fue el amor de su...