Capítulo 22

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Jake

El cielo sobre Los Ángeles está despejado y brillante, pero mi mente está lejos de la calma que sugiere el clima. Hemos decidido quedarnos aquí por una semana, inventando una excusa lo suficientemente creíble para justificar nuestras ausencias en la universidad. Tenemos que saber la verdad completa.

Emma y yo caminamos junto a Alex por las calles bulliciosas de la ciudad, dirigiéndonos hacia la sede de la constructora de nuestra familia. Es un edificio imponente, uno que, a pesar de haber visto en fotos cuando éramos pequeños, nunca llegué a imaginar que pisaría realmente. Mi corazón late con fuerza, mezcla de anticipación y miedo, mientras cruzamos las puertas de vidrio hacia el interior.

Nos dirigimos a la recepción, donde una mujer de aspecto profesional nos recibe con una sonrisa medida.

—Venimos a ver al señor Thomas Addams —dice Emma con voz firme.

La mujer nos mira por un momento antes de asentir y hacer una llamada. Apenas unos minutos después, nos indican que podemos pasar a la oficina de nuestro abuelo.

El silencio entre nosotros tres es denso mientras esperamos en el ascensor. Cuando las puertas finalmente se abren en el último piso, un asistente nos guía hasta una gran puerta de madera. Con un nudo en el estómago, entro detrás de Emma, seguida de Alex.

Thomas Addams nos recibe de pie, su figura alta y elegante, con el rostro sereno pero sus ojos denotando sorpresa al vernos.

—No esperaba verlos, no después de lo que pasó —dice con una voz calmada, pero percibo la tensión debajo de sus palabras.

Emma toma la iniciativa, como siempre.

—Necesitamos respuestas, abuelo —dice sin rodeos—. Queremos saber qué pasó realmente con nuestro padre.

Thomas nos observa durante un largo momento, como si sopesara si realmente está dispuesto a revelar los secretos que han estado ocultos por tantos años.

Finalmente, suspira y se sienta en su gran silla de cuero, señalando para que nosotros también tomemos asiento.

—Su padre, se llama Aidan Castle —empieza, y el sonido de su nombre completo me golpea con una fuerza inesperada—, intentó volver cuando se enteró de la muerte de su madre, Stela.

Mis manos se tensan sobre las rodillas al escuchar eso. Intentó volver. Eso cambia todo lo que creía saber.

—¿Qué pasó entonces? —pregunto, mi voz más baja de lo que esperaba.

Thomas nos mira con una mezcla de tristeza y amargura.

—Quería llevarlos con él, alejarse de todo este caos y darles la vida que siempre quiso darles. Pero Elena... —Hace una pausa, su mandíbula apretada al mencionar su nombre—. Elena lo amenazó. Le dijo que si no se iba y los dejaba atrás, lo destruiría. Arruinaría su carrera, su vida... todo.

El silencio que sigue es ensordecedor. La realidad de lo que está diciendo es demasiado abrumadora. Mi madre se suicidó, nuestro padre nos abandonó, y todo fue por culpa de Elena. Siento que un peso enorme cae sobre mis hombros, como si todo lo que he construido en mi mente sobre nuestra historia se desmoronara en un instante.

—¿Y qué fue de él después? —pregunta Emma, su voz tensa pero firme.

Thomas parece dudar antes de responder, como si no quisiera darnos más malas noticias.

—Aidan se fue a otra ciudad. Continuó con su vida, y se convirtió en un médico reconocido. A pesar de todo, ha tenido una carrera exitosa.

Me quedo en silencio, procesando esta información. Un médico reconocido. Mi padre se ha convertido en alguien importante, en alguien que podríamos haber conocido si no fuera por Elena.

Chico Malo, Corazón RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora