Oh Mr Córdoba

22. Quedarse

Planear la gala de inicio de temporada sería algo importante para él, aunque faltan varios meses para eso, debía iniciar ya por consejo de Roier. Habían pasado algunos días desde que comenzó a administrar la casa y aunque se sintiera aun frustrado y agobiado por tantas cosas en cuenta, creía que estaba mejorando.

Se detuvo al pensar nuevamente en la ex prometida de su ahora esposo. Lana, ese nombre no se pronunciaba, ni siquiera los niños lucían felices cuando ella salia a tema y eran pocas veces, Tilin parecía no recordarla, ya que solamente lo veía a él como su verdadera madre, era de esperarse teniendo en cuenta que solo era una bebé de meses por lo que le dijo Luzu.

–¿Te ausentaras?

Asintió, al haber llegado aquella mañana de sábado a la oficina de su falso esposo.

–¿Se puede saber la razón?

Quackity aclaró su garganta sintiéndose avergonzado, no era un tema que quisiera tocar con el que era su esposo, aunque fueran ahora amigos, había cosas que prefería mantener para sí mismo.

–Mi celo... –susurro captando la completa atención del hombre– Es mañana y no quiero que esto sea una molestia para nadie.

–¿Usualmente lo pasas solo? ¿Ya hablaste con la universidad?

–Ellos están al tanto de mis ausencias, sólo quería decírtelo a ti, me iré en la tarde.

–¿A tu apartamento?

Asintió levemente, intentando acabar con aquella incómoda conversación con aquel hombre.

–No se si sea lo correcto Quacks.

–¿Y por qué no lo sería? –se mostró confundido– Nosotros somos esposos, pero eso es falso.

–No me refiero a eso, si alguien se entera sobre que estás solo pasando el celo...

–Es cierto... el omega de los Córdoba no podría pasar tal humillación.

–No hablo de lo que dirán, es por tu seguridad. Quackity, yo tengo enemigos que buscan cualquier motivo para lastimarme. Es por eso que las actividades de los niños se hacen en casa, el personal es contratado después de varios filtros para evitar cualquier incidente y la escuela donde asisten, cuentan con varios protocolos, como los maestros han sido supervisados. Tu eres mi esposo ante la ley, por eso me presente un día para dejarle en claro al comité directivo que no permitiría continuar con aquella falta de respeto hacia ti.

–¿Los amenazaste?

–Solo les aclare la situación, no creías que los soborne para que te dieran una buena nota, admiro que te esfuerces y ten por seguro que cualquier nota que saques es por tu esfuerzo, simplemente deje en claro la situación de la discriminación a tu casta. Hice lo mismo con Roier en su momento.

–¿Y él lo sabe?

–Prefiero que se quede así, no es la primera vez que tendría que defenderte a ti o a él. Así es como trabajo Quackity, he amenazado y advertido a los supuestos pretendientes de mi primo, porque eso es lo que debe hacer el alfa de la familia.

–No creo que a Roier y a mi nos guste que continues haciendo eso.

–Sé que ambos son muy capaces y suficientes, pero hay algunas cosas que prefiero tratar. Volviendo a tu celo, no puedo dejarte ir así de fácil y menos a un lugar donde no estoy seguro que estés a salvo.

–No puedes prohibirme irme, ¿o acaso piensas que me quede aquí? Los sirvientes son betas eso es cierto, como Chayanne ya tiene un lazo paterno conmigo, pero tú...

Luzu suspiro entendiendo su punto.

–Solo dame unas horas, conseguiré que adapten un apartamento mío con tus necesidades, seré yo mismo quien te lleve y te recoja si me lo permites.