Las cosas cada vez se ponían peor, tener que soportar aquel calor y más en sus condiciones era peor que cualquier otro alfa normal. Más aún cuando su alfa se rehusaba a dejar entrar a cualquier mujer con intenciones de ayudar, solamente aceptaba la visita de su mejor amigo, quien ya estaba comprometido, por esa misma razón su alfa no le veía como una amenaza.
–¿Piensas llamarlo?
–¿Acaso estás loco? No haré tal cosa.
–Luzu, tu alfa lo reconoció como suyo.
–Solo es un capricho, cuando nos casemos y terminemos con todo esto volveremos a estar como siempre.
–Si tu lo dices…
–¿Qué quieres insinuar?
–No lo sé Luzu, has estado solo desde…
–No la menciona, ella está muerta para mí.
Su amigo suspiró, Vegetta había sido muy paciente con Córdoba respecto a su situación con aquella mujer y sus hijos, había apoyado a su amigo en todas las formas que pudiera, termina por encariñarse con aquellos pequeños en especial de Leonarda. Ella le recordaba tanto a él, cuando tenía su edad.
–Está bien, respeto tu decisión y lo sabes, pero va a ver un límite lo hay para todo, tu alfa no soportara que le apartes así del omega que él cree que es su pareja. Para él es más que simple compatibilidad de feromonas, ese chico le atrae. Llámame por cualquier cosa.
Se fue dejando a aquel castaño solo, quien suspiro gruñendo al saber que ni siquiera las pastillas o inyecciones estaban surtiendo el efecto deseado.
En la residencia Córdoba todo estaba tranquilo, Quackity se encontraba después de un rato, debido a que las clases terminaron por suspenderse por lo que esta vez iba a sorprender a los niños, con ayuda de Cucurucho logro terminar de hornear un pastel, había practicando y había hecho el suyo propio, escuchando el timbre. Se dispuso a ver quien era, deteniéndose al notar un extraño alfa.
–Buenos días, lo lamento pero el señor Córdoba no está en casa.
–Lo sé, estuve hace unos momentos con él. Eres Alexis Stern, ¿cierto? –extendió su mano, la cual el chico miró desconfiado.
–Si… ¿y usted es?
La tomó siendo estrechado mientras aquel alfa agitaba dicho saludo con entusiasmo.
–Vegetta Hunt, encantando finalmente de conocerte, soy el mejor amigo de ese terco prometido que tienes.
Entró dejando confundido al chico, quien intentó reponerse del saludo.
–¿Lusu te pidió venir a ver como estabamos?
–Creeme que no –comentó mirando todo el lugar con sorpresa al notar varios cambios– Luzu tiene oídos y ojos en todos lados de sus residencias, dudo que quiera que yo haga algo como eso.
–¿Entonces a qué debemos su visita?
–Vine porque quiero aclarar algo contigo, Alexis.
–Puede decirme Quackity, es un apodo que todos usan.
–Entiendo, bien Quackity. Pasamos.
–Ah sí claro, por aquí.
Cucurucho apareció haciendo una suave reverencia.
–Señor Vegetta que agradable sorpresa.
–Cucurucho.
–Cucurucho –llamo el menor– ¿Podrías traernos un poco de café para el señor Hunt y té para mi con las galletas de Chayanne?
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Oh Mr Córdoba
FanfictionDicen que las mejores historias inician con una inesperada sorpresa. Quackity adoraba las historias, amaba conocer cada aspecto de ellas, como si viviera en otra realidad, soñando que algún día dichas historias fueran protagonizadas por él mismo, al...