28.

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Bueno vv's, a leer 🗣️

Mark:

Las ramas crujen sobre mis pies al igual que las hojas secas de los árboles. Logan manda su mano a su brazo tratando de espantar a los mosquitos que lo rodean. A pesar de haberse echado un spray para que no se lo comieran parecía ser demasiado dulce.

—Se supone que las caminatas en el bosque son románticas, no mortales —bufa molesto.

Su ceño fruncido y sus mejillas rosadas por el sol ardiente de la mañana generan una sensación cálida en mi corazón. Sus quejas no perturban en absoluto el momento, por el contrario, me dan gracia.

—¿Quieres que te dé mi abrigo? Es suave, pero es más fácil que no te piquen si traes algo de manga larga —lo miro sonriente.

El me devuelve la mirada por unos instantes. Sus mejillas se tiñen suavemente, como si fuese un pequeño muñeco de porcelana con sus rubores artificiales. Sus labios rosados y rellenos se curvean en una sutil risa llena de vergüenza. Sus ojos deslumbrantes ante la luz del sol se deciden a no mirarme, pero asiente con la cabeza.

Me freno en mi lugar y él imita mi acción, pero clava su mirar al suelo.

Su tímida actitud provoca que una risa se me escape. Logrando así atrapar su atención y una mirada molesta.

Me retiro el abrigo y se lo ofrezco. Me lo arrebata bruscamente e infla sus mejillas en un berrinche.

—¿Qué le pasó al princeso? —digo burlón al ver su actitud.

—Soy rápido corriendo, no me des razones para salir de volada de acá y abandonarte en este monte. —Amenaza fulminándome con una de sus miradas frías.

Ruedo los ojos restándole importancia a sus comentarios. Busco su mano y enlazo nuestros dedos.

—Vamos. Sigamos en lo nuestro.

Logan chasquea la lengua.

—Ya qué.

Resopla como si quisiera hacer más obvio su momento berrinchudo.

Una carcajada se me escapa y lo jalo para que continuemos caminando. Lo miro de soslayo y me percató de que él al igual que yo buscó mi mirada.

Le dedico una sonrisa honesta y me la devuelve. Me deja ver una de sus sonrisas sinceras y cálidas.

No era necesario hablar. Al menos para mí era suficiente sentir el calor de su mano sobre la mía. Mi respiración y la suya interfiriendo con lo callado del sendero. Las aves piando, los árboles moviéndose por el viento y el sonido de nuestros pies en el suelo.

Su teléfono suena furioso. Él se apresura a tomar su teléfono. La llamada entrante de Esteban se refleja en la pantalla de su celular. Ambos nos miramos extrañados.

—¿Qué pasó? —pregunta Logan a Esteban.

A pesar de que no escucho, después de un par de segundos la expresión de Logan cambia por completo. Sus ojos se abren con sorpresa y su mano se aferra con fuerza a su teléfono. Se gira en seco hacia el lado contrario al que estábamos caminando.

—Esta bien. Ya estoy yendo.

Con eso me da una mirada y suelta un:

—Vámonos. Rápido.

Con eso comienza a correr y asiento con la cabeza siguiéndole el paso.

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—¿Puedes parar? Ya hablamos de eso —masculla con fuerza Ángel.

Mi estómago se revuelve cuando Esteban lo mira hirviendo de ira.

Hasta que seamos solo nosotros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora