Hasta que seamos solo nosotros

32. ¿Hijos?

Dios mío, no estoy llorando TÚ estás llorando

(Cap final)

Logan:

Pasaron dos largos años de espera y abstinencia sexual. En todo este tiempo que para mí fue una tortura para Jeremy y Mateo lo fue de igual manera, solo que ellos por su “pequeño” problemas inesperado.

Ambos se mudaron juntos después de navidad no muy lejos de donde vivíamos en ese entonces. En ese lugar con solo meses viviendo juntos los sorprendieron con un bebé en su puerta. Ese fue el inicio del caos en esa relación. Jeremy optaba por llevarlo a un orfanato y Mateo se negaba a hacer eso.

Tuvieron múltiples peleas por la terquedad de Mateo hasta que al final Mateo estuvo dispuesto a dejar de vivir con Jeremy si no quería al niño. La verdad es que ni siquiera yo podía creer que lo que dijo en ese momento fuera verdad, pero si que fue a registrar al niño como suyo al día de decirle eso.

Jeremy al final aceptó criarlo con él y aunque con dificultades pudieron adoptarlo legalmente. Ahora hay un pequeño demonio de un año molestando a todos.

Bueno… Es un ángel cuando quiere y es especialmente hermoso.

Sus ojos son verdes, su cabello castaño y su piel pálida a morir. Es una pequeña mezcla de Mateo y Jeremy. Tienen suerte, porque ese niño es increíblemente tranquilo y risueño.

Por otro lado Esteban siguió viendo a Ángel por un tiempo hasta que por fin decidió soltarlo y meses después confirmó su relación con David, quién muchas veces después de haber conocido a Ángel le propuso un noviazgo entre los tres, cosa que Esteban se negó y sigo sin entender porqué.

Ahora… Yo encontré la forma de aliviarme sexualmente, para algo existen juguetes, pero… Era mucho mejor cuando hacía cosas poco santas con quien me caso en unas horas.

Según palabras de él, es quien lo ha tenido peor en ese aspecto, pero eso es culpa de él y su moral, no mía.

He de admitir que fueron los dos mejores años que he tenido.

Los días a su lado fueron… No sé cómo decirlo, pero mi corazón latía como nunca, pareciera que iba a morir de un paro en cualquier momento. Me aprendí su olor de memoria lo suficiente como para reconocer quien era sin verlo.

Sé que soy muy malo en la cocina, pero él es excelente chef. A cambio le preparo su café semi-amargo, que tanto le gusta. Es divertido ver cómo yo prefiero una chocolatada y él un buen y amargo café.

Su forma de vestir poco a poco cambió, aunque nunca le dije nada cuando menos me lo esperaba muchos decían que combinábamos. Al inicio pensé que lo hacía a propósito, pero luego me di cuenta qué simplemente logré influir en él.

Le gusta vestir formal o serio la mayor parte del tiempo. La otra parece vagabundo con dinero, pero se acopla a mis gustos. Amo verlo cuando se relaja porque es el único momento en que usa sus lentes, su cabello está revuelto y el olor a nuestro shampoo se mezcla con su perfume.

Al final acabé creciendo lo suficiente para no tener que ponerme de puntitas cada que lo tengo que besar y aunque al inicio me sentí un poco inseguro porque pensé que no podría gustarle, al final como siempre, me hizo ver que era hermoso.

Dejó de darme cartas, pero los peluches no faltaron y de hecho llevamos cuidando una pequeña planta de fresas que él mismo me regaló de San Valentín.
Me prometió que tendríamos un huerto solo de ellas algún día. A este hombre le creo si me dice que la luna es de queso y que puedo pisar el sol cuando se hace de noche.

Creo que he logrado enamorarme de cada cosa nueva sobre él qué quizás en otra persona no me llamaría la atención en absoluto.

El amor es tan estúpido. Tanto como yo, como yo cuando se trata de él. En el fondo sé que cuando la caga puedo perdonarlo, y eso que es prácticamente nulas las veces que él es quien comete un error.