8.

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El capítulo continúa mañana 🫢

Los amo, gracias por leer 💗

Lamento la demora también, pero estuve ocupado estos días 😮‍💨

Ahora sí con lo que quieren, leer.

Mark:

—No quiero.

—¿Por qué? ¿Por qué no va a estar tu novio? —ironicé.

Jeremy me fulminó con la mirada y obviamente me gane un golpe en el brazo.

—¡Oye! Ser agresivo te hace menos atractivo. —murmuré.

—Si me dice feo un viejo como tú no lo puedo tomar en serio. —rodó los ojos y se cruzó de brazos.

Bueno, me dolió.
Pero me duele más un México corrupto.

¿No les dio risa? Pues…eso es porqué son unos amargados.

Si me pagaran por decir chistes que no dan risa sería millonario.

—Bueno a ver, tienes media hora para decidir si ir o no. —dije sin dejar de mirarlo.

—Bueno… —lo pensó unos segundos—. Es que iría, pero esto de ir disfrazado por Halloween no es lo mío, ¿Sabes? —dijo señalando de arriba a bajo su disfraz.

Yo lo mire y fruncí el ceño.
—Deja de decir idioteces, Halloween paso Hace cuatro días. —dije.

Jeremy suspiró y se acomodo la ropa por encima de está.

—Esto de ser un príncipe no es lo mío. —dijo e hizo una mueca.

Lo mire con el ceño fruncido y saqué mi celular, coloque la cámara y se la puse en la cara.

—No se si te has visto en un maldito espejo, pero eres un chico de piel blanca, ojos azules, cabello oscuro, bonita sonrisa, buena altura y de paso, cuando no estás vestido como emo, absolutamente todo, pero TODO —señale todo de él—, Se te ve extremadamente bien.

El me miró Atónito con los ojos abiertos como plato.

—A ver… —suspiré—. Tengo entendido que puedes llevar un acompañante, así que iré contigo.

Los ojitos de Jeremy brillaron al escucharme.

—Como quieras, pero haz algo rápido. —dijo con una sonrisa.

Y si, tenía toda la razón, tenía como quince minutos o menos para hacer algo.

Y claro...Como soy un maldito niño chiquito tenia un disfraz medio decente.

⊰———————≛———————⊱

—No te la puedo creer.

Me mire de arriba a bajo y luego mire a Jeremy el cual me miraba sorprendido.

—¿Qué? Me veo genial, tu cállate. —Me crucé de brazos.

Jeremy se rió y asintió.

—Nunca dije que te vieras mal, pero ya vámonos. —dijo Jeremy.

Me jalo del brazo y corrimos literalmente hacia su colegio.

—¡Recuerda que correr no va conmigo! —dije mientras hacía un intento de no morirme—. ¡Soy un pug con asma, no me exijas tanto!

—¡Ni te quejes que por ti estamos llegando tarde! —gritó Jeremy.

«Y aquí es donde me calló la boca y sigo corriendo, porque tiene razón.»

Hasta que seamos solo nosotros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora