Hasta que seamos solo nosotros

29. The destiny

"No necesito morir para saber que viviré nuestra historia aunque no seamos nosotros, aunque no sean nuestras vidas. Aunque no sea ni siquiera nuestra la historia"

Comenten o plomo 😡

Logan:

Durante todo el día tanto Esteban como Ángel actuaron con normalidad. Ninguno se dirigió la palabra a menos que la ocasión lo ameritara.

A pesar de que Mark me trató de decir que tenía que darle espacio a Esteban lo conocía muy bien y no estaba seguro que ese chico la estuviera pasando de maravilla.

Lo busqué por los diferentes cuartos, pero en ninguno lo encontré. Tuve que ir al sótano pequeño que había para ver si todavía seguía dentro de la cabaña.

Solo tuve que abrir la puerta para poder percatarme de unos sollozos al fondo. Mis pasos se volvieron más sutiles y bajé sin hacer ruido.

Su mano estaba apretando su celular mientras recostaba su cabeza sobre la pared y dejaba caer las lágrimas sobre sus mejillas.

—¿Esteban?..

Sus ojos llorosos se encuentran con los míos y su puchero se agranda. No es capaz de negarlo ni de mentirme. Es muy tarde, estoy en sus brazos dejando que se hunda en mi hombro.

—Es qué no sé que hago llorando. No entiendo. ¿Por qué nadie puede amarme?.. No me refiero a amistades. Quiero que llegue alguien que pueda enamorarse de mí y no me use por un tiempo y luego me bote. No soy un trapo. No merezco que me traten así, pero ¿Por qué me pasa esto?..

Lo envuelvo en un abrazo más fuerte y suspiro. Me aparta un poco y me estira su celular.

Una conversación de WhatsApp aparece en la pantalla.

“Te amo. No sé si sea correcto. ¿Estás bien con eso?”

“Esteban, eres único”

“Apenas te conozco, pero gracias por conectar conmigo”

Mire incrédulo a Esteban después de haber leído los mensajes destacados. Sus ojos brillantes por las lágrimas y una sonrisa amarga en su cara logran apretar mi corazón.

Me levanto y con rapidez elimino cada mensaje que tiene con él. Cambio el nombre con el que lo tenía agregado y de un jalón lo levanto a él también del suelo.

Lo tomo por los hombros con firmeza y pegó mi frente a la suya.

—Esteban. Limpia esas lágrimas y demuéstrale a ese pendejo de mierda qué él problema era él. Ya lo sabe. Solo recuérdale que es un imbécil —mi voz áspera acompaña a la intensidad de mis ojos que penetran los suyos.

Él estira una sonrisa de alivio y sus ojos se entre cierran decididos.

—En estos momentos muero por besarte ¿Te vas a alejar ya? —masculla con ironía.

Aunque por instinto tomo distancia no ignoro el pensar inmediato que llega a mi mente. No es la mejor manera. No estará bien, pero…

—¿Si te beso me juras nunca volver a entrometerte en algo que veas como serio con ese idiota?

Esteban no jura. Su religión no lo deja. Si lo hace no puede romperlo.

No debería aprovecharme de esto.

—¿Hablas en serio?

Pero…

—¿Lo jurarías? —No suelto su mirar y mucho menos retiro mis manos de sus brazos.