La loba

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~Kendra~

Mi nombre es Kendra y sí, soy la loba de Alessandra. Como ya debéis saber, me temo que tomaron una decisión por nosotras no muy acertada. Tampoco me dieron la oportunidad de experimentar nuestra primera transformación y primera caza; nos arrebataron ese derecho. Tuvieran las intenciones que tuvieran sus padres, no debieron hacerlo.

Hoy he despertado con el deseo incontenible de correr y sentirme libre, respirar el aire puro. A pesar de saber que otro lobo me sigue, me detuve a devorar un ciervo que pasaba cerca. Lo que él no sabe es que soy algo quisquillosa y no me gusta nada que se entrometan en lo que hago. Sé que ha intentado comunicarse con Alessandra; también he averiguado que se trata de su padre, el único culpable de mi encierro. Así que he querido hacerlo sufrir un poco: encerré a su hija en mi mente y tomé el control absoluto.

He salido de Camden, continuando mi camino y disfrutando de la comida. En este momento, encontré una granja con gran variedad de animales, desde vacas hasta caballos, entre otros.

Estaba decidida a irrumpir en dicha granja, cuando me frenó un dolor agudo en el pecho, tan intenso que tuvo la capacidad de hacer pedazos mi corazón. No comprendía qué pasaba; era como si hubiese perdido a alguien. La pena me invadió y fue entonces cuando hice lo que mi instinto me pidió: aullé a la luna con la esperanza de que este dolor se desvaneciera. Pero no fue así; perdí todas mis fuerzas y todo se tornó negro.

~Scott~

Aquí sigo esperando noticias de Matías. Impaciente, recorro el pasillo de un lado a otro; han pasado demasiadas horas y todavía no informan nada.

Nikolay, después de limpiar aquel estropicio, ha venido algo preocupado diciendo que si acabé con la vida de Ethan; ¿cómo es posible que el único cuerpo que no se haya encontrado sea el suyo? Si les soy sincero, tampoco lo entiendo, porque juro que yo lo había matado. Mi manada y la de mi cuñado aguardan en la puerta del hospital para recibir noticias del estado de mi hijo, mientras que los Johnson tenían que irse, pero nos pidieron que les informemos.

Connor me ha llamado; dice que pudieron capturar a Alessandra, pero que gracias a eso supo que algo no iba bien con Matías. Nikolay, por otro lado, me ha informado de que se quedará hasta reconstruir todas las viviendas de esta aldea y otros desperfectos.

La entrada de Nana a donde nos encontrábamos llamó nuestra atención.

–¿Mi hermano... está... muerto? –preguntó Eloy.

–¿Cómo está mi hijo? –pregunté con los ojos hinchados de llorar.

–Casi lo perdemos en dos ocasiones. Perdió mucha sangre, así que le hicimos una transfusión con la que, por suerte, contábamos en las reservas de este hospital. Sentía mucho dolor, así que lo sedamos. Sus huesos fueron rotos muchas veces; necesita descansar y dejar que su proceso de curación haga el resto. Pero puedo asegurar que se encuentra fuera de peligro.

–¿Podemos verle? –pregunté aliviado.

–Por supuesto, solo recuerden que necesita descanso. El joven Matías ha sufrido mucho, dadas sus lesiones.

Nikolay, Eloy y yo pasamos a su habitación.

~Eloy~

He decidido reportarme enfermo en la escuela porque me niego a separarme de mi hermano. Matías lo es todo para mí; es como mi segundo padre, para que me entendáis.

Siempre ha sido un apoyo para mí, igual que papá. Los tres somos muy unidos, aunque no lo parezca viéndonos discutir a menudo. Después de todo, son cosas entre hermanos. Ya que si se presentara la ocasión, daría mi vida por él.

La Cara Oculta [Saga Resiliencia • 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora