~Matías~
Mi esposa necesitaba descansar para reponerse, así que decidí que pasáramos la noche en la cueva. Los chicos e Isabella mantuvieron la vigilancia en todo momento. Creí que hoy al alba podríamos irnos a casa, pero los gemelos entraron a toda prisa con no muy buenas noticias, me temo.
-¡Matías! -gritaron al unísono, alarmados.
-Chicos, ¿qué sucede? -pregunté.
-Lo sentimos. Es Dylan; está frente a la cueva y, por lo que parece, sigue queriendo arrebatarte a tu luna.
-Para tenerla, tendrá que matarme, y no lo logrará -contesté.
-Ve, las protegeremos -dijeron Derrik y los gemelos.
-Gracias, chicos -salí fuera de la cueva, encontrándome con Dylan y su pequeña manada de ocho lobos.
-No me esperaba esto de ti, Bella; traicionarme a mí después de darte todo y criarte como a una hija -dijo Dylan, furioso.
-No eres capaz de ver lo que tú solo has causado. La chica no es Andrea, ella murió; la sacaste de su hogar embarazada y pudo haber perdido a sus hijas. Ellos solo vienen a recuperarla porque separaste a un padre de sus hijas. ¿Cómo te sentiste cuando perdiste a tu familia? -gritó entre lágrimas. -Eso mismo le ibas a causar tú a este alfa que no te ha hecho nada, porque ni siquiera lo conocías. ¿No es obvio lo que intento hacer? Te debo mi vida por salvarme a los cinco años; déjalos ir para que yo pueda salvar esta vez tu vida, por favor, o te matarán para poder pasar.
-Ellos son los que mataron a mis hijos y se llevaron a mi esposa. ¡Ella está dentro de esa cueva! ¿Es que no lo ves? -preguntó con desesperación. Yo detesto muchas cosas, entre ellas que me tachen de asesino de inocentes.
-¡Cállate! -exclamé-. Te equivocas con nosotros. No sé quién te ha llenado la cabeza de tantas absurdas mentiras, pero acusaciones como esas pueden llevarte a la muerte.
-Mientes; te reconocería en cualquier parte -contestó.
-Matías no escuchará lo que le digas; no está en su sano juicio. Realmente está perdido -añadió Brent.
-¿Cuándo dices que perdiste a tu familia? -pregunté.
-Hace cinco años.
-Estás ciego; quien te haya dicho que fui yo te ha tomado por estúpido. En ese entonces tenía quince años, y a mi luna la conocí hace tres años -añadí. Guardó silencio y dio la siguiente orden.
-Dejar a mi luna con vida; ella será mía. Matar a los otros y las niñas incluidas -perdí el control al escucharlo. Dylan venía hacia mí y yo giré hacia la cueva, viendo que Callum, Marc, los gemelos y Ryan cubrían la entrada en su forma lobuna. Aproveché para embestir a Dylan antes de que me alcanzara. Durante la pelea, me llevé una mordida en el costado y grité de dolor. Viendo que llamé la atención de los otros, les dije:
-Ya casi los tenemos. No se preocupen, que estoy bien -y eso fue gracias a que sentí a Alessandra activando nuestro vínculo; a pesar de su agotamiento, compartía su fuerza conmigo.
-Por favor, no lo mates; se lo debo -intervino Isabella por el link, antes de que terminase con la vida de Dylan.
-Trajiste a mis hijas a la vida. Yo te debía eso, así que será llevado a su mansión y quedará en esta isla; se convertirá en su prisión -respondí.
-Me parece justo, gracias -contestó Isabella.
-Es hora de marcharnos a casa, chicos -dije, y todos se mostraron alegres por ello.
~Alessandra~
Solo quería irme a casa, descansar con mi esposo e hijas, y parecía algo difícil de conseguir. Cuando se supone que nos marcharíamos, el obstinado de Dylan seguía empeñado en quedarse conmigo. Se había desatado fuera de la cueva una especie de batalla campal.
Oí a Matías chillar e indudablemente activé nuestro vínculo para darle la suficiente fuerza de poder terminar con esto. ¿O creen que no me he dado cuenta de su desmejoramiento físico? Largas ojeras, cabello largo, barba descuidada y había bajado de peso. Estaba preocupada por él, así que, sin pensarlo, hice lo que debía para apoyarlo.
Cuando todo quedó en silencio, mi preocupación creció tanto que hasta Derrik, que permanecía junto a mí, se giró y me dijo:
-No te preocupes. Ha puesto tanto empeño en buscarlos que no se dejará vencer con facilidad ahora. Regresará sano y salvo, ya lo verás.
-He visto lo mal que ha estado. Gracias por no dejarlo solo, y agradezco tus palabras de aliento, Derrik, pero necesito verlo con mis propios ojos.
-Él se ha convertido en un hermano para mí. Desde que murió mi padre, incluso antes, siempre me ha apoyado. Ambas manadas se han unido como una familia, pero no solo la mía; ya ves todos los que hemos venido. Matías es alguien excepcional que ha sabido mantenernos a todos unidos. Nos ha salvado de muchas cosas, y se lo debemos -respondió Derrik, cuando el resto de nuestros chicos volvió. Entre ellos, mi esposo se sentó junto a nosotras y dijo:
-Gracias.
-¿Por qué? -pregunté con inocencia fingida.
-Sabes muy bien a qué me refiero. Gracias a tu ayuda pude vencerle.
-¿Y está muerto?
-No. Lo encerraremos en esta isla, y Ryan ha dicho que se van con nosotros a casa. Otra cosa, amor: hay dos nuevos lobos que esperan ansiosos conocer a su hermana mayor.
-¿Han sido dos niños? -pregunté con lágrimas contenidas.
-Sí, y sus nombres son Leonardo y Luciano -respondió.
-Bien, muchachos, hora de salir de aquí -intervino Derrik.
-Marc, Ryan e Isabella han ido a dejarlo a su mansión; traerán las camionetas-añadió Jared.
-Amigos, por favor, prestenme atención un segundo -dijo Matías, atrayendo la atención de todos-. Gracias; si no hubiese sido por ustedes, no habría llegado hasta aquí solo -dijo emocionado.
-Para eso están los amigos -contestó Ian. Entonces, perdida en mi mente, recordé algo que me heló la sangre.
-Cariño, se nos olvidaba algo. Temo por nuestras hijas; la bruja dijo que, tras su nacimiento, vendría por ellas.
-George nos ayudará; no permitiré que nadie les haga daño -respondió. Asentí, me dio un beso en la frente y me atrajo a sus brazos.
-Matías, toma a las niñas; las camionetas ya están aquí -intervino Marc, entrando a la cueva.
~Nana Beca~
Permanecí a la espera. Las maletas estaban listas como pidió Ryan. No he podido pegar ojo durante la noche que han pasado fuera. Me tomaba mi cuarta taza de café en el porche cuando, al entrar para dejarla en la cocina, un extraño ruido llamó mi atención. Fui a ver qué era. Habían dejado una rosa negra junto a una nota que decía:
-Gracias por mantener a salvo mi poder. Volveré a buscar aquello que es mío. Hasta pronto, lobo insolente.
No venía firmada, pero no parecía nada bueno. Levanté la vista al oír vehículos aproximarse; eran los chicos que al fin regresaban.
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La Cara Oculta [Saga Resiliencia • 1]
Hombres LoboMi nombre es Matías. Desde que era un niño, he conocido el peso del dolor y la pérdida. Crecí sabiendo que algún día sería Alfa, entrenándome para llevar sobre mis hombros la carga de mi manada. Pero nada pudo prepararme para el giro que tomaría mi...