Carlos, Lando, Arthur, Charles, Checo y un par de amigos de Charles se encontraban disfrutando de una tranquila mañana de jueves en el yate de la familia Leclerc. Para los pilotos, la idea de relajarse bajo el sol en un lujoso yate era perfecta, y esta vez, Carlos no tuvo que insistir mucho con su hermano para que se uniera. Desde su conversación de hace dos noches, Checo parecía más dispuesto a pasar tiempo con él, y Carlos volvía a sentir que el Sergio de antaño estaba regresando. Ese mexicano alegre, lleno de bromas, sonrisas y siempre dispuesto a estar con los que quería.
—¿En serio, calcetines con chanclas? —preguntó Lando, sentándose junto a Checo, mientras este revisaba su celular.
—No tuve tiempo de escoger mi ropa con cuidado, me desperté algo tarde —se defendió el mexicano sin darle demasiada importancia.
—No es algo propio de un modelo —dijo el británico, sacando su teléfono para tomar una foto rápida de la vestimenta de Checo.
—¿Acabas de tomarme una foto? —preguntó el mexicano, lanzando una mirada desafiante al británico.
Aunque Checo había empezado a ser más dulce y abierto con su hermano y los amigos de este, la relación con Lando seguía siendo tensa. Parecía que aún no podían llevarse bien.
—No —respondió Lando con una sonrisa descarada, claramente mintiendo.
—Borra eso, London —exigió el mexicano, acercándose peligrosamente al británico, casi invadiendo su espacio personal.
—¿O qué, Sergio? ¿Te lanzarás sobre mí? —dijo Lando con burla, mientras veía cómo el mexicano fruncía el ceño, claramente irritado.
La proximidad entre ambos era palpable. Lando podía sentir la respiración de Checo rozar su rostro, lo que le produjo una sensación inesperada de expectación.
—Vamos, Chequito, hazlo, lánzate sobre mí —dijo el británico, sonriendo con una expresión provocadora—. Solo atente a las consecuencias —agregó en un tono sugerente que descolocó al mexicano.
"¿Está coqueteando conmigo?" pensó Checo, sorprendido.
Era la primera vez que Lando tomaba la iniciativa, invirtiendo los papeles. Normalmente, era Checo quien soltaba los comentarios coquetos y miradas lujuriosas. Pero esta vez, el británico había tomado el control de la situación, dejando al mexicano sin una respuesta inmediata.
—Parece que un gato te ha comido la lengua —insistió Lando, ampliando su sonrisa al ver la reacción de Checo—. Si quieres, puedo ayudarte a encontrarla —agregó con picardía, acercando aún más su rostro al mexicano.
Checo, sumergido en pensamientos cada vez más desconcertantes sobre Lando, no supo cómo reaccionar de inmediato. Pero, con un destello de claridad, sonrió y levantó una de sus peinadas cejas, volviendo al terreno familiar del juego verbal.
—Oh, ¿quieres ayudarme, mi pequeño London? —respondió con diversión—. Dime, ¿cómo lo harías?
Aunque su intención inicial no era seguirle el juego al británico, Checo se sintió atrapado en el intercambio. No sabía cómo continuar sin involucrar los pensamientos que Lando estaba despertando en él, pensamientos que comenzaban a confundirlo más de lo que le gustaría admitir.
—Podría contártelo, pero creo que sería mejor mostrártelo —dijo Lando, acortando aún más la distancia entre ellos, haciendo que Checo olvidara por un momento cómo respirar.
—¿Y quién dice que no me voy a arrepentir? —preguntó el mexicano con recelo, apretando sus labios para contener los nervios que empezaban a surgir en él.
ESTÁS LEYENDO
Detest to Adore | Lando & Checo
Fanfiction¿Cómo reaccionarías si el irritante hermano menor de tu mejor amigo aparece inesperadamente en tu vida?