18. Strategic plan

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1 hora y media antes de llamar a Carlos...

-Solo debemos asegurarnos antes de hacer cualquier cosa -dijo Charles, mirando cómo Lando caminaba de un lado al otro, como un animal enjaulado. El piloto británico estaba al borde de un ataque de nervios, sus manos inquietas y su mente a mil por hora.

-¡No necesito más, Charles! -exclamó Lando con desesperación, su voz alzándose en la pequeña habitación-. Si tú y yo vimos lo mismo, deberíamos intervenir ahora. ¡Checo podría estar en peligro!

Charles lo miró con incredulidad, sus propias dudas comenzando a pesarle.

-¿Y qué planeas, Lando? -preguntó, su tono calmo pero lleno de preocupación-. ¿Solo entrar y encarar a Lysander? ¿Qué pasa si estamos equivocados? ¿Qué pasa si solo estamos siendo paranoicos?

Lando se detuvo en seco, mirando a su amigo con los ojos llenos de furia y miedo.

-¿Y si no lo estamos? -respondió, su voz quebrada por la angustia-. ¿Y si Checo realmente necesita ayuda? No tenemos tanto tiempo, Charles. Carlos va a regresar, y tú y yo sabemos que, comparados con él, somos unos gatitos.

Charles titubeó. Ni él ni Lando sabían cómo proceder. Si sus sospechas eran correctas, Checo podría estar atrapado en una relación abusiva. Pero no sabían hasta qué punto llegaba la violencia, ni qué hacer en una situación tan delicada. Todo parecía irreal y, sin embargo, el miedo que habían visto en los ojos de Checo horas atrás no les dejaba espacio para ignorarlo.

-Tenemos que planear algo -dijo Charles, tratando de mantener la calma mientras abría su teléfono y comenzaba a buscar en internet-. Somos dos, podemos hacer un buen plan si lo pensamos bien.

Lando iba a responder, pero de repente su teléfono comenzó a sonar sin parar, inundándose de una cantidad exorbitante de notificaciones.

-¡Es Checo! -gritó Charles al arrebatarle el teléfono a Lando, sus ojos fijos en la pantalla.

Lando recuperó el móvil rápidamente, desbloqueándolo con torpeza mientras revisaba los mensajes. Había solo uno que importaba: "Ven por mí." Los demás eran solo puntitos, enviados como un grito silencioso de auxilio, desesperado por llamar la atención del británico.

-Mierda -susurró Lando, sus dedos moviéndose frenéticamente por la pantalla mientras marcaba el número de Checo.

-¿Lando? -la voz rota y temblorosa del otro lado de la línea lo paralizó por un segundo. Checo apenas podía hablar, su voz apenas un susurro, llena de miedo y sollozos.

El piloto sintió su corazón romperse. Checo estaba asustado. Muy asustado.

-¿Dónde estás? -preguntó Lando, su voz tensa mientras salía de la habitación, seguido de cerca por Charles.

-E-en el ba-año de mi cua-arto -balbuceó Checo entre hipidos-. Ly... Lysande-er está molesto-o.

Lando sintió que todo su cuerpo se tensaba, la adrenalina llenando cada rincón de su ser. Sabía que no había tiempo que perder.

-Quédate ahí -dijo con firmeza, sin dejar espacio para titubeos-. Estoy en camino, no te muevas.

Lando colgó el teléfono y comenzó a correr por los pasillos. No se detuvo ni para esperar el elevador, subiendo las escaleras a toda velocidad hacia la suite del modelo. Cuando llegó a la puerta, rogó que no estuviera cerrada. Para su alivio, no lo estaba. Pero la sensación de triunfo duró poco.

Lysander estaba allí, gritando furioso mientras sostenía una figura de porcelana rota, golpeando una puerta con violencia.

Sin pensarlo, Lando se lanzó sobre el futbolista, derribándolo al suelo. Sin embargo, en su impulso, no calculó la diferencia de proporciones. En cuestión de segundos, Lysander le había dado la vuelta, dejándolo atrapado bajo su peso. Lando forcejeaba, pero el otro tenía la ventaja.

Detest to Adore | Lando & ChecoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora