3. Third podium

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Carlos estaba feliz. Había conseguido el primer podio, haciendo que su posición en la tabla de puntos mejorara, subiendo un puesto.

-¡Felicidades, guapo! Te lo mereces, Carlitos -dijo su hermano Checo, mientras lo abrazaba con fuerza.

-Me trajiste suerte, mi niño -susurró Carlos en su oído con una gran sonrisa en el rostro-. Sin duda, mi amuleto de la buena suerte -agregó, dejándole un beso en la mejilla del mexicano.

Checo río, alejándose de su hermano, pero no pudo evitar sonrojarse cuando Carlos le plantó otro beso, esta vez en la frente.

-¡Tienes que irte, Carlos! -se quejó Checo, empujando al español lejos de él-. Ve por tu trofeo, campeón -añadió, sin borrar la gran sonrisa de su rostro.

-¡Iremos a celebrar, Chequito! -gritó Carlos, mientras Charles Leclerc, que había ganado el segundo puesto, lo jalaba para acompañarlo-. ¡Lo celebraremos a lo grande, mi niño!

Checo se sonrojó aún más. Hacía mucho que no escuchaba ese apodo que su hermano mayor solía usar para él. Se sentía reconfortante volver a escucharlo en persona y no a través de una insípida llamada telefónica.

Mientras Carlos se alejaba, Checo giró la cabeza al escuchar los vítores de un grupo cercano. Era el equipo de McLaren, que celebraba el tercer puesto de Lando Norris. Checo sonrió al ver la alegría en su rostro. No estaba seguro de quién de los dos pilotos de McLaren había ganado el podio, pero ver a Lando siendo celebrado lo hizo sentir una genuina satisfacción.

Lando caminaba hacia donde estaban los pilotos de Ferrari, con una sonrisa orgullosa en el rostro, pero cuando divisó a Checo, su expresión cambió. La sonrisa perdió un poco de intensidad y un leve sonrojo cubrió sus mejillas.

Checo, notando la reacción de Lando, le guiñó un ojo juguetonamente mientras pasaba a su lado. No pudo evitar reírse cuando vio que el británico rodaba los ojos, apurando el paso.

-Señor Pérez, permítame llevarlo a donde se entregarán los trofeos -dijo Jamal, con una sonrisa en el rostro, visiblemente emocionado por el 1-2 de Ferrari.

-Solo dime Checo, por favor -respondió el mexicano, devolviéndole la sonrisa a Jamal-. Creo que después de un abrazo ya nos podemos tutear -agregó con tono divertido.

-Está bien, Checo -dijo Jamal, sonriendo más ampliamente, evidentemente encantado por el carisma y la belleza del modelo-. ¿Vamos?

-De hecho... no. Habrá mucha gente ahí y odio las aglomeraciones. ¿Me puedes llevar a donde Carlos llegará después de recibir su trofeo?

Jamal asintió sin dudarlo y comenzó a guiar a Checo hacia el lugar solicitado. Mientras caminaban, Checo no pudo evitar pensar en cómo había cambiado todo tan rápido desde que su hermano llegó a la Fórmula 1. Aunque estaban en mundos diferentes, la conexión entre ambos seguía intacta, y momentos como este lo hacían sentir más cercano a Carlos que nunca.

[...]

-Esa última curva me dio la ventaja, porque si no, estoy seguro de que Charles hubiera ganado -dijo Carlos, gesticulando con las manos mientras relataba con emoción los detalles de la carrera.

Checo, aunque no comprendía todos los términos técnicos que su hermano utilizaba, sonreía, contagiado por la pasión que Carlos desprendía. La energía y emoción en la voz de su hermano mayor eran suficientes para mantenerlo entusiasmado.

-Lo ibas a conseguir, Carlitos, eres el mejor -respondió finalmente Checo, después de más de quince minutos de escucharlo hablar con esa intensidad tan característica.

Detest to Adore | Lando & ChecoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora