Capítulo 18: La Oscura Obsesión de la Familia Moreau

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El ambiente en el sótano era denso y opresivo. Los chicos estaban agotados, heridos, y asustados, pero algo más los empujaba a seguir: la necesidad de entender qué estaba ocurriendo en la mansión Moreau. Después de la muerte de Lucía, las palabras crípticas que había pronunciado antes de morir resonaban en sus cabezas. Había mencionado a un "hijo" y la "venganza", y aunque su significado aún no era claro, Daiana recordó algo crucial.

"Los cuadernos y los recortes de periódico que encontramos", dijo Daiana, rompiendo el silencio. "Había información sobre lo que ocurrió en esta mansión y sobre la familia Moreau. Tal vez allí podamos encontrar respuestas."

Los demás asintieron, recordando las notas y fragmentos que habían pasado por alto en su intento de escapar. Estaban desesperados por entender quién era el hombre que los perseguía con tanto odio, y por qué lo hacía.

Reunieron los documentos y cuadernos que habían encontrado previamente, y se sentaron juntos, decididos a descifrar el misterio. Uriel abrió un cuaderno viejo y polvoriento, y sus ojos recorrieron las páginas llenas de anotaciones escritas a mano por el Dr. Alain Moreau.

"Esto es espeluznante", dijo Uriel. "El doctor Moreau escribía sobre experimentos. Estaba obsesionado con la inmortalidad. Creía que podía detener el envejecimiento y conquistar la muerte a través de procedimientos médicos no convencionales."

Daiana miró los documentos, tratando de conectar lo que leía con las palabras de Lucía. "Aquí hay algo sobre sus hijos", añadió, mientras hojeaba un recorte de periódico que describía la fatídica noche de 1965. "Los Moreau tenían cinco hijos. Cuatro de ellos desaparecieron esa noche, y el menor fue encontrado en estado catatónico."

"¿Cuatro hijos desaparecidos?" preguntó Pablo, con el ceño fruncido. "¿Qué les pasó? ¿Por qué nunca los encontraron?"

Uriel continuó leyendo en voz alta: "El doctor y su esposa, Madeleine, murieron esa misma noche. El cuerpo del doctor fue encontrado en su laboratorio, pero no hay detalles claros sobre cómo murió. Solo sabemos que los cuatro hijos mayores desaparecieron sin dejar rastro, y el más pequeño fue llevado a un manicomio, incapaz de hablar o moverse."

"Lucía habló de venganza", recordó Bryan. "Quizás uno de los hijos sobrevivió de alguna manera... o algo mucho peor."

Daiana tomó otro cuaderno y lo abrió con cuidado. Las páginas estaban llenas de descripciones detalladas de los experimentos del Dr. Moreau. "Esto es horrible", murmuró. "El doctor no solo estaba obsesionado con la inmortalidad... ¡experimentaba con su propia familia! Aquí hay notas sobre transfusiones de sangre, modificaciones genéticas, y algo que él llamaba 'regeneración celular'. Usaba a sus propios hijos como sujetos de prueba."

Los chicos intercambiaron miradas de horror. La verdadera naturaleza de la tragedia que había ocurrido en esa mansión empezaba a revelarse.

"¡Dios mío!" exclamó Uriel, mientras pasaba una página y encontraba un dibujo crudo del cuerpo humano, marcado con líneas y anotaciones sobre el proceso de 'revitalización'. "El doctor pensaba que podía reanimar a los muertos... o al menos prolongar la vida indefinidamente, incluso después de una muerte clínica."

Pablo, con una mezcla de ira y repugnancia, agregó: "Tal vez esos experimentos fallaron, y los hijos se convirtieron en algo que ya no era completamente humano. Algo que no podía morir... o algo que no debería existir."

Daiana asintió, comprendiendo lentamente el horror de lo que había sucedido. "Los hijos desaparecieron, pero no porque alguien los secuestrara. El doctor los transformó. Los convirtió en víctimas de su propia locura y obsesión."

"Y uno de ellos está detrás de esto", concluyó Bryan. "El hombre que nos está cazando. Es uno de los hijos. Ha estado viviendo aquí todos estos años, alimentado por el odio hacia su padre y lo que le hizo."

Uriel miró los documentos con incredulidad. "El hijo más pequeño, el que fue encontrado catatónico... fue enviado a un manicomio, pero ¿y si nunca escapó del control del doctor? ¿Y si, incluso en ese estado, seguía siendo una víctima de esos experimentos?"

"Eso explicaría el odio y la venganza de la que hablaba Lucía", dijo Daiana, recordando las últimas palabras de su amiga. "Ese hijo ha pasado toda su vida atrapado en el legado de locura de su padre, y ahora está cazando a cualquiera que se atreva a entrar en la mansión."

"Es un monstruo creado por el doctor", concluyó Pablo, con la voz llena de tristeza. "Y ahora nos ve como intrusos que intentan arrebatarle lo que queda de su hogar y su familia."

Daiana respiró hondo, comprendiendo lo que tenían que hacer. "Si el doctor estaba obsesionado con la inmortalidad, su laboratorio es clave. Es posible que allí encontremos la manera de detener a este hombre, de revertir lo que el doctor hizo o de destruir lo que lo mantiene con vida."

"Tenemos que volver al sótano", dijo Bryan con determinación. "Es el único lugar donde podemos encontrar respuestas. Si encontramos el laboratorio del doctor, tal vez podamos terminar con esto de una vez por todas."

Los chicos sabían que el camino sería peligroso, pero también sabían que no tenían otra opción. La mansión Moreau había sido el escenario de horrores inimaginables, y el legado oscuro del Dr. Moreau y su familia los acechaba en cada rincón.

Con el corazón lleno de miedo pero también de una nueva determinación, se prepararon para su próxima confrontación. Sabían que el hombre que los perseguía no era simplemente un asesino: era la creación de una mente obsesionada con la inmortalidad. Y si querían sobrevivir, tendrían que enfrentarse al legado de los Moreau y destruir la pesadilla que había comenzado tantos años atrás.

La batalla final estaba cerca, y no había vuelta atrás.

TERROR EN LA MANSIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora