Capitulo 38

118 7 4
                                    

-¿Qué demonios es esto?!- rugió Saffet İnsanli Ağa, su rostro purpura de ira, su voz un trueno que sacudió la habitación.

Kazım Şanlı, con ojos de furia y decepción, se abalanzó sobre Ferit. -¿Cómo pudiste traicionarnos así, Ferit? ¡Eres un desgraciado!

Halis, con una expresión de desaprobación y tristeza, se dirigió a Ferit con voz temblorosa. -Hijo mío, ¿cómo pudiste hacer algo tan imperdonable?

Ifakat, con una mirada de shock y confusión, preguntó. -¿Qué pasó aquí? ¿Por qué Kaya y Suna...?

Nüket, la mamá de Kaya, con lágrimas de dolor, se acercó a su hijo. -Kaya, hijo mío, ¿qué has hecho? ¿Por qué te has unido a Suna sin nuestra bendición?

Ferit, con una sonrisa desafiante y confiada, se enfrentó a la tormenta. -Lo hice por amor y libertad. Kaya y Suna se aman, y nadie los separará.

Suna y Kaya, tomados de la mano, se mantuvieron firmes, desafiando la ira y el dolor que los rodeaba. Su amor era su escudo, su fuerza y su razón para estar juntos, contra viento y marea.

-¿Fue idea tuya, Ferit, que Kaya y Suna se casaran?- lo acusó Halis, su voz temblorosa de ira y decepción, como un rayo que ilumina la habitación.

Ferit, con una sonrisa enigmática y desafiante, se enfrentó a su abuelo, sin mostrar arrepentimiento. Su mirada brillaba con una confianza inquebrantable.

El bofetón de Halis sonó como un trueno, haciendo que Ferit tambaleara. -¡Cómo pudiste hacer algo tan imperdonable, Ferit!- gritó, su rostro rojo de furia.

Kaya corrió hacia Ferit, protegiéndolo con su cuerpo. -Abuelo, no! ¡Basta!- gritó, su voz llena de desesperación.

La habitación era un hervidero de emociones: ira, dolor, decepción y amor. Halis estaba devastado, sintiendo que Ferit había traicionado su confianza. Ferit, por su parte, se mantenía firme, convencido de que había hecho lo correcto.

-¿Cómo pudiste jugar con el destino de Kaya y Suna?- preguntó Halis, su voz quebrada por la emoción.

Ferit se levantó, su mirada intensa. -Lo hice por amor y libertad, abuelo. No me arrepiento- respondió, su voz firme y segura.

La tensión era casi insoportable, como una cuerda a punto de romperse. La familia se encontraba en un punto de inflexión, donde el amor y la lealtad se enfrentaban a la tradición y la expectativa.

-¡Sal de aquí ahora mismo, Ferit!- ordenó Halis, su voz firme y autoritaria. -¡Olvida a Seyran para siempre! A partir de hoy, ella ya no existe en tu vida. Y tampoco quiero verte en la mansión después de esto. ¡Vete, Ferit!

¡Sal de aquí ahora mismo, Ferit! -ordenó Halis, su voz firme y autoritaria. -¡Olvida a Seyran para siempre! A partir de hoy, ella ya no existe en tu vida. Y tampoco quiero verte en la mansión después de esto. ¡Vete, Ferit!

Ferit miró a su abuelo con lágrimas de dolor y desesperación en los ojos. Pero antes de salir, se detuvo y miró a Halis con una mezcla de tristeza y rencor.

¿Sabes, abuelo? -dijo Ferit, su voz temblorosa- Tu orgullo y tu obsesión por el poder y el estatus te han cegado. No ves el daño que haces a ceux que te rodean. Suna y Kaya se aman, pero tú no lo permitirás porque no encaja en tus planes. Y ahora, me castigas a mí por querer proteger el amor verdadero.

Halis frunció el ceño, su rostro enrojecido por la ira. ¡Cállate, Ferit! -gritó- No te atrevas a cuestionar mis decisiones.

Ferit sacudió la cabeza, sus ojos llenos de lágrimas. Adiós, abuelo -dijo, su voz apenas audible- Espero que un día entiendas el daño que has causado.

Cᴜʀsᴇᴅ ᴅᴇsᴛɪɴʏ┆𝐬𝐞𝐲𝐟𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora