Cᴜʀsᴇᴅ ᴅᴇsᴛɪɴʏ┆𝐬𝐞𝐲𝐟𝐞𝐫

Cena Familiar

Eda se acercó a Seyran con una sonrisa amable y le invitó a comer. -Hey, Seyran, ¿quieres ir a comer conmigo? He descubierto un nuevo restaurante cerca de aquí y me encantaría que me acompañaras-

Seyran la interrumpió con una pregunta. -¿No es un poco temprano para salir a comer? ¿No sale todo el mundo a la misma hora?-

Eda sonrió y asintió. -Sí, todos salimos a la misma hora a comer. Es una tradición en la empresa. Pero no te preocupes, podemos ir un poco antes y así evitamos la multitud. Aunque, algunos como Ferit, a veces se saltan las normas y se van a comer cuando quieren-

Seyran se rió. -Eso suena a Ferit. Siempre haciendo lo que quiere, sin importarle lo que los demás piensen-

Eda se unió a la risa. -Sí, eso es Ferit. Pero, a pesar de su actitud, es un buen chico. Solo necesita aprender a controlar su ego-

Seyran asintió, pensando en su esposo. -Sí, espero que aprenda a controlarlo pronto. No quiero que su ego le cause problemas en el futuro.-

Después de un momento, Seyran aceptó la invitación de Eda. -Sí, me encantaría ir a comer contigo. Gracias por la invitación-

Mientras caminaban hacia el restaurante, Eda le preguntó a Seyran sobre su día y Seyran se abrió un poco, contándole sobre su discusión con Ferit. Eda escuchó atentamente, asintiendo y haciendo preguntas aquí y allá.

En el restaurante, Eda le recomendó algunos platos y Seyran eligió uno al azar, sin mucho apetito. Mientras esperaban a que llegara la comida, Eda le preguntó a Seyran sobre su relación con Ferit. Seyran suspiró y se encogió de hombros. -No sé, Eda. Es complicado-

Eda asintió, comprendiendo. -Ferit puede ser muy difícil de manejar, pero también es muy atractivo. Creo que te gusta el desafío de estar con él-

Seyran se rió. -Puede ser. Pero a veces me siento como si estuviera caminando sobre huevos, sin saber cuándo va a explotar-

Eda sonrió. -Bueno, al menos tienes a mí para hablar de esto. Y quién sabe, puede que Ferit cambie y se vuelva más fácil de manejar-

Seyran se rió. -Eso sería un milagro-

Después de comer, Eda pidió la cuenta y dijo: -Bueno, hora de volver al trabajo-

Seyran asintió y siguió a Eda de regreso a la empresa, contenta de haber tenido alguien con quien hablar y compartir su día. Aunque no podía evitar pensar en Ferit y en lo que había pasado, esperaba que él también estuviera pensando en ella y en lo que había dicho. Quería que él supiera que no estaba dispuesta a tolerar su ego y su actitud siempre. Quería que él cambiara y se convirtiera en el hombre que ella sabía que podía ser.

Por otro lado Ferit se subió al auto con Abidin y le ordenó que lo llevara a casa de Pelin. Mientras iban en el camino, Ferit recibió varias llamadas de Fuat y Efe, pero decidió ignorarlas. No estaba de humor para hablar con ellos en ese momento.

Abidin, que estaba al volante, se dio cuenta de que Ferit estaba molesto y no dijo nada. Solo se concentró en conducir y llegar a su destino lo antes posible.

Cuando llegaron a casa de Pelin, Ferit se bajó del auto y se dirigió hacia la puerta. Abidin se quedó esperando en el auto, como siempre.

Ferit tocó el timbre y Pelin abrió la puerta con una mirada de resaca. -Ferit, ¿qué haces aquí?-preguntó con una voz débil.

Ferit se encogió de hombros. -Quería verte. ¿Puedo entrar?-

Pelín asintió y se hizo a un lado para dejarlo pasar. Ferit entró y se dirigió hacia el salón, donde Pelin se desplomó en el sofá.