28. Epilogo

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Habían pasado tres años de los eventos que marcaron un antes y un después en la vida del detective Katsuki Bakugo, para su suerte y gracias a su gran equipo en el que también estaba su esposo, no había habido nuevos casos de asesinos seriales, pero Izuku tenía poco de haber tomado la decisión de salirse de trabajar, ¿el motivo?

Dos niños de diez y seis años, Mahoro y Katsuma fueron adoptados por la pareja, en uno de los casos recientes que atendieron, encontraron a los pequeños hermanos abrazados dentro de un armario, ambos fueron escondidos por sus padres en ese lugar con llave, justo cuando un asesino había interrumpido en su hogar, desafortunadamente los padres no lograron sobrevivir, pero Mahoro y Katsuma fueron rescatados, fue uno de los casos más complicados después del caso de Hanta que enfrentaron, debido al hecho del daño que había dejado el asesino a quien atraparon a las pocas semanas, no había crimen perfecto para ese par.

Cuando Katsuki e Izuku conocieron a los niños su conexión fue inmediata y ambos supieron que no podían dejarlos solos a su suerte en un orfanato, ya que sus padres eran extranjeros y no tenían más familia en Tokio.

Un día estaba Izuku en su escritorio llenando un informe cuando Katsuki llego a la oficina con unos papeles en mano y los dejó con suavidad sobre el escritorio.

—¿Qué es esto Kacchan? — preguntó con curiosidad, el folder no parecía ser de alguno de los casos que estaban revisando en ese momento.

—Son los papeles de adopción finalizado, Mahoro y Katsuma ya son oficialmente nuestros hijos.

Izuku se quedó en silencio, procesando lo que acababa de escuchar. Las lágrimas comenzaron a llenar sus ojos mientras tomaba los documentos y comenzaba a leer el contenido. Había sido un largo proceso, lleno de papeleo, entrevistas y preocupaciones por el bienestar de los niños, tuvieron que mudarse a una casa más apropiada para el cuidado de unos niños, en una zona exclusiva, por suerte Aizawa, Denki quien se había mudado con Shoto y otros amigos vivían en esa zona por lo que sabían que era seguro. Pero todo había valido la pena, finalmente, eran sus hijos.

—Kacchan... —susurró, al ver el nombre de Mahoro y Katsuma Bakugo, se puso de pie y se lanzó a los brazos de su esposo —Son nuestros, Kacchan nuestros hijos.

—Sí, lo son —concordó Katsuki sin soltar a su esposo del abrazo

—¿Crees que estarán emocionados? — preguntó Izuku con una hermosa sonrisa.

Eso causo una risa en Katsuki — Mahoro probablemente llore y Katsuma fingira indiferencia, pero ya sabes cómo es, realmente le importamos.

— Vamos a darles la noticia juntos, quiero ver sus caras cuando lo sepan — agregó jalando a su esposo para salir de la comisaria

Izuku salió con emocionado, por el momento los niños estaban en una casa hogar donde ellos los visitaban con regularidad, y los fines de semana salían como una familia.

Cuando llegaron los llevaron a una sala especial, Izuku no podía quedarse quieto, se levantaba y se volvía a sentar, mientras que Katsuki se veía más tranquilo observaba con una suave sonrisa como su esposo estaba demasiado nervioso, unos minutos después los niños entraron y ambos corrieron hacia ellos, Mahoro abrazo a Izuku con fuerza — ¡Izuku! no pensé que vendrían hoy

—Bueno hay algo que les queremos decir

Katsuma era un poco más serio solo se acercó a darle un abrazo rápido a Katsuki y luego a Izuku para finalmente tomar distancia a lado de su hermana mayor.

—¿Qué pasa? —preguntó la niña, preocupada, no queria que les dijeran que ya no los verían más.

Izuku tomó aire y sonrió, mirando a ambos hermanos con todo el amor que había en su corazón.

Siguiendo la pista (Bakudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora