capitulo 2|Tú no eres de aqui, ¿no?

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Violeta hodar.

3 de enero y aún sin salir de casa por culpa de mi hermanita Tana, que en Nochevieja se rompió el pie, tengo que estar cuidándola constantemente. Tana y yo vivíamos en Granada y nos mudamos aquí a Madrid exactamente hace 8 meses. Vamos a visitar a nuestros padres de vez en cuando, al igual que ellos. Nos mudamos porque queríamos nuestro espacio; Tana había terminado con su novio, así que estaba en etapa de duelo. Aunque yo lo llamaría su etapa loca: va de fiestas y se lía con quien quiere, rompe corazones... Qué contarles de mi hermana... Pero la adoro, realmente estoy feliz de que esté aquí conmigo.
Yo, por suerte, estoy bien; alguna que otra cosa, pero bien. Hace un año y algunos meses que no estoy con nadie; puede ser que me haya liado con algunas personas, pero nada más que eso. Mi última relación fue muy linda; es muy linda en realidad. Con Natalia decidimos ser amigas; nuestra relación terminó porque simplemente se acabó el amor. Me puede sonar muy feo, pero yo realmente no la amaba como ella me amaba a mí. La quería! Obvio, pero no me sentía enamorada; nunca creo que lo he estado. Pero me encantaría experimentar ese sentimiento.

A Natalia la conocí por una aplicación de internet; nunca pensé conocer a alguien así. Soy bastante desconfiada para esas cosas, pero bueno, así se dio. Las veces que hemos salido con Natalia (como amigas)nunca ha pasado nada, pero no voy a negar que he sentido por su parte insinuaciones raras, caricias, palabras. Pero es algo que no le pongo atención, ya que se supone que ella no siente nada por mí, al igual que yo. Amistad, simplemente.

—Tana, ya que te he dejado la cena lista, voy a salir con Denna. Cualquier cosa, me dices; está súper cerca de aquí. Tú me llamas y vengo—, dije despidiéndome y dándole un beso en la frente.

—Bueno, hermana, tú tranquila; de aquí yo no me muevo—. Violeta soltó una pequeña risa al volver a recordar cómo Tana llegó a estar en este estado.
—Ya vete; nos vemos luego—, dijo mi hermana, riendo.

Salí de casa y vi a Denna en la esquina esperándome. Denna es mi mejor amiga desde que tengo 10 años; nos conocimos siendo vecinas, de ahí que no nos separamos nunca más. Ella lo es todo para mi. Empecé a correr hacia ella dando gritos de emoción.

—Moradita mía—, dijo Denna. Inmediatamente me separé del abrazo en el que la había envuelto y le pegué una mirada nada agradable.

—No me gusta para nada el "moradita", eh—. Denna se rió y me volvió abrazar. —Ven acá, idiota; te extrañé.

No nos habíamos visto durante una semana porque yo fui a Granada a ver a mis padres por Navidad y Nochevieja, y ella, por esta vez, no fue a Granada a ver a su familia; se quedó con Alex, su novio. Es muy reciente su noviazgo; lo conoció en una fiesta y, bueno, de ahí que son unas lapas.

—Yo sí que te extrañé, tía—, le dije separándome del abrazo.

—Pues vamos, ya; que ya se nos hace tarde—, dijo Denna mientras empezamos a caminar.

—Cuéntame qué tal con Alex, tía. No hemos hablado de nada

—Pues nada, tía; todo super bien. Pasamos las fechas juntos y ha sido muy lindo. Lo único es que estaba muy pendiente del teléfono.

Yo la miré con el ceño fruncido y ella se rió.

—Tía, que nada raro; era su hermana. Creo que tiene problemas y, bueno, es un hermano bastante preocupado; creo que muy preocupado—. Denna recalcó el "muy" y yo solo me reí.

Denna volvió a hablar. —No sé, igual a veces me dan ganas de preguntarle qué tal con eso. Lo veo muy preocupado. La hermana tiene 20 años; sé que se fue por dos meses donde sus padres y que volvió ayer.

—Quizás deberías preguntarle —dije—, pero espera... ¿No la conoces?

-Sí que la conozco, pero muy poco —respondió Denna—, pero es una chica super maja y tierna. Sin embargo, no la veo casi nada. Ella tiene su piso con sus amigos, por lo que me comentó una vez. Cuando va a casa de Alex, la veo. Alex tiene una habitación para ella.

-mira qué lindo hermano. La mía solo se dedica a romperse pies —dije, y Denna soltó una carcajada.—Bueno, quizás deberías hablar con él —continué—. Quizás no para que te cuente todo, pero si te tiene preocupada, deberías decirle para ver si puedes ayudar en algo.

-No lo sé —dijo Denna—. Alex es muy reservado. Ahora mismo estoy súper agradecida de que haya pasado Nochevieja conmigo. Estoy súper feliz, pero le dije que no tenía problemas con que fuera a ver a su familia. De hecho, le dije que era lo más correcto y que se fuera con su hermana, así volvía con más energías.

Denna se dio cuenta de que me estaba riendo.
—¿Y a ti qué te hace tanta gracia? —preguntó.
—Pues que se me olvida que tienes un novio inglés —respondí.
—Sí, mucha gracia, eh —dijo Denna, dándome un codazo del cual me quejé.
—¡Que es broma, tía!- dije haciéndole un puchero.
—Cuando encuentres a alguien, te devolveré todas las bromitas, eh —dijo Denna riéndose.

Y sí, paso riéndome de mis amigos y de las cosas que hacen por estar enamorados. Pues, como nunca he experimentado ese sentimiento, no me queda de otra que tomarlo con humor.

—No, pero en serio, Denna... —hice una pausa, poniéndome más seria—. Habla con él, la comunicación es importante, y más si es algo que te preocupa.

—Sí, eso haré. Trataré de conversar con él mañana, pero bueno cortando el tema, hemos llegado pelirroja, es por aquí.

—¿El Rincón? —pregunté.
Y empecé a ver todo lo que había. Realmente no era solo una simple cafetería; vendían muchísimas más cosas, no solo cafe.

—Sí, tía —dijo Denna—. Solo vine un par de veces con Alex. La hermana trabaja aquí, pero no sé si hoy estará.

Nos sentamos en una mesa y estuve observando bastante el lugar. Era muy lindo, pero lo que más me llamó la atención fue el mini escenario que había. había un micrófono acompañado con una guitarra rosada y un piano al lado.De repente, Denna me habló y me sacó de mi despiste.—Voy al baño, ya vengo. Si alguien viene, pide por mí un café y una torta de chocolate, porfii

Yo solo asentí con la cabeza y agarré mi móvil. De repente, escuché una voz que extrañamente me hizo querer sonreír. Sentía que conocía esa voz de antes; era muy agradable de escuchar. Pero de repente volví a mi mundo y me di cuenta que me había hablado en otro idioma y fruncí el ceño.

—Hello, what do you want to order? —dijo ella.

La miré y creo jurar que nunca había visto a una mujer tan linda. su cara, su pelo, sus lunares pero sobre todo me fije en sus ojos verdes, que me hicieron sentir una sensación de alivio en mi cuerpo al mirarlos. Salí del trance en el que estaba y me di cuenta de que ella estaba bastante nerviosa, jugando con una libreta y un lápiz que tenía en sus manos.

Claro que le había entendido lo que había dicho; entiendo mucho el ingles gracias a mi trabajo. Soy periodista y tuve que aprender un poco de aquel idioma.

en vez de decirle lo que nos íbamos a servir a la chica de aquellos ojos hermosos..

pensé en voz alta.

—Tú no eres de aquí, ¿no?

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Más que una segunda oportunidad//kiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora